Vivir con una familia de acogida no es algo exclusivo de los menores cuyos padres biológicos no pueden hacerse cargo de ellos de forma temporal. También los mayores de 65 años pueden beneficiarse de este sistema de convivencia gracias al programa de Acollemento Familiar para Persoas Maiores de la Xunta que intenta ser una alternativa para aquellos mayores que no quieren o ya no están en condiciones de vivir solos pero rechazan ir a una residencia. "Se busca mantener al mayor en su entorno habitual y facilitar así su integración, evitando el ingreso en un centro", señalan desde la Consellería de Política Socia, donde explican que en la actualidad hay 83 gallegos, mayores de 65 años, que viven con una familia de acogida, es decir, con alguien al que no le une ningún parentesco pero que le ha abierto las puertas de su hogar para integrarlo como uno más.

Pese a que unos 122.000 gallegos de más de 65 años viven solos o con cuidadores de su misma edad, la opción de vivir con una familia de acogida no acaba de cuajar entre este colectivo. De hecho, en los últimos cuatro años, el número de beneficiarios del programa descendió un 28,4%. Si en 2016 había 116 mayores que vivían con una familia de acogida, la cifra caía a 99 en 2017, a 88 el año pasado y a los 83 actuales, según datos de Política Social, que explican que no hay nadie en lista de espera para ser acogido.

Ser ciudadano de la Unión Europea, tener la residencia en la comunidad gallega, haber cumplido ya los 65 años y no tener relación de parentesco en línea recta en ningún grado o en línea colateral por consanguineidad hasta el 3º grado con ningún miembro de la familia de acogida son los requisitos que exige la Xunta a la persona acogida para participar en este programa. Política Social aclara que solo en caso de que el acogido sea una persona dependiente "se podrá formalizar el acogimiento en línea recta por afinidad, salvo que en la familia de acogida existan otros familiares del acogido en línea recta consanguínea que sean mayores de edad y que estén obligados legalmente a prestarles alimentos".

Y en el caso de las familias que se ofrezcan a acoger también deben ser ciudadanos de la UE empadronados en Galicia y al menos uno de sus miembros debe ser mayor de edad sin superar los 65 años en el momento de la solicitud y "gozar de buena salud o no padecer limitaciones física o mentales que le impidan realizar las tareas domésticas habituales", indican desde la Xunta. Además, antes de dar el visto bueno a una posible familia de acogida, los técnicos de Política Social comprueban una serie de aspectos para garantizar que detrás de este ofrecimiento no hay un interés económico. De este modo, no se aprobará la acogida si existe un testamento o una transmisión de bienes en favor de algún miembro de la familia que aspira a la acogida. Del mismo modo el acogedor nunca podrá ser tutor legal del acogido.

Cada familia no podrá acoger a más de dos mayores a la vez y la nueva unidad familiar podrá vivir en casa del acogido u en otro domicilio. Si es en casa del mayor recibirán una ayuda de 421 euros al mes si la persona acogida tiene autonomía en su día a día y 700 si es dependiente. La cuota pasa de 252 a 420 si se vive en casa de la familia. El beneficiario abona el 60% de la ayuda.