Lograr que los mayores mantengan su autonomía e independencia el máximo tiempo posible es el objetivo de múltiples iniciativas tanto de la Xunta como de entidades como Cruz Roja.

Una de las opciones con más adeptos y que permite que tanto el beneficiario como su familia vivan más tranquilos son los servicios de teleasistencia. La versión clásica es aquella en donde se instala un receptor (similar a un teléfono fijo) en casa de la persona mayor y ésta a su vez lleva siempre consigo (normalmente en forma de collar) un mando con un pequeño botón. En caso de surgir cualquier problema o emergencia basta pulsarlo para entrar en contacto con la central de Cruz Roja que pondrá en marcha el servicio (médicos, bomberos, etc...) que sea necesario. Otra opción es colocar sensores en zonas claves del domicilio (nevera o cama, por ejemplo) que emiten una alerta si cambian los hábitos, por ejemplo, si el mayor no se levanta en todo el día.

La ayuda a domicilio „en donde se atienden necesidades básicas de los usuarios varios días a la semana„ o voluntarios que les ayudan a hacer recados, otras de las alternativas.