Ángel García y Marina Castro llevan 34 años al frente de Atlántico Video de A Coruña, uno de los pocos videoclubes que mantiene sus puertas abiertas en la ciudad. Conocedores de las mejores y las peores épocas que ha atravesado el sector, tienen claro que internet fue el principio del fin para muchos de estos negocios. "Tuvimos una primera crisis en los 90 al llegar las cadenas de televisión privadas y los videoclubes sufrimos una gran caída pero hubo un resurgir con el DVD y se llegó a la cima entre los años 2000 y 2002, pero desde 2003 aproximadamente el sector ha experimentado una progresiva caída. Primero fue el top manta y después la piratería lo que acabó no solo con nosotros sino con tiendas de discos, agencias de viaje...", sostiene Ángel García, quien reconoce que en su caso se mantienen abiertos porque "es un negocio familiar". "Si tuviese que tener empleados o un alquiler sería diferente", sostiene.

Desde este establecimiento aseguran que entre sus ventajas frente al mundo online están los bajos precios y su amplio catálogo. "Si antes eran 200 pesetas, ahora se puede alquilar una película por 1,50 o por 1,20 con bonos", indica García, quien tiene claro que "las plataformas no ofertan lo mismo que un videoclub, nuestros catálogos son más completos". Y pone de ejemplo películas recién estrenadas en el cine y que tras pasar poco tiempo en cartelera se puede encontrar ya en estos locales.

Atlántico Video presume de una "clientela fiel de hace años", pero también de gente joven y nuevos socios. "Muchos nos dicen que nos les compensa bajarse la película y verla con peor calidad, otros son cinéfilos e igual que van al cine siguen yendo el videoclub y hay jóvenes que vienen con sus hijos", indica Ángel García, quien asegura que una gran parte demanda los estrenos.