La Asociación de Consumidores y Usuarios en Red (Consumur) criticó ayer que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) tardase 21 días en informar del último brote de intoxicación alimentaria por la presencia de toxina botulínica en una lata de atún en aceite de girasol vendida por Día y elaborada en la fábrica coruñesa de Frinsa.

Consumur censura como muy "deficiente" el sistema de comunicación a la ciudadanía sobre las alertas alimentarias en relación con esta lata, elaborada por la empresa de Ribeira.

El lote de este atún fue distribuido como marca blanca por la cadena de supermercados DÍA en las comunidades de Asturias, Castilla y León, Cataluña, Aragón, La Rioja, Murcia, Navarra, Castilla-La Mancha y Valencia, pero no en la comunidad gallega.

En este caso, la Aesan tardó 21 días en hacer público al consumidor la alerta, aunque la misma fue activada el 9 de agosto y, según fuentes de este Organismo, "el mismo día 9, Aesan activó la alerta a nivel nacional y se localizó e inmovilizó de forma preventiva el producto implicado en la investigación epidemiológica sospechoso de ser el causante del brote: conserva de atún en aceite de girasol de la marca DIA".

"Si bien es cierto que no se ha hecho público hasta ayer (por el viernes), una vez han sido analizados los productos sospechosos en el Centro Nacional de Alimentación y confirmada la presencia de toxina botulínica, este plazo de tiempo resulta determinante para que más consumidores puedan ser intoxicados", indican.

Para Consumur, no es una situación aislada, "dado que en el caso del brote por listeria, la Aesan hizo pública la alerta cuatro días después de tener conocimiento de la misma, con el agravante de que las autoridades sanitarias de Andalucía ya tenían conocimiento de la alerta desde el día 5 de agosto (11 días antes que la Aesan)".

A su juicio, "es prioritario revisar el sistema actual de alertas alimentarias para agilizar al máximo los plazos y ordenar la retirada cautelar de cualquier producto alimentario sospechoso de estar intoxicado, sin demorar la publicación de las alertas hasta que se realizan los estudios confirmatorios de la intoxicación, dado que así se evitaría la intoxicación de nuevos consumidores".

Igualmente, creen que se ha de mejorar el canal de comunicación entre las autoridades sanitarias locales, autonómicas y de ámbito estatal, y dar prioridad a la comunicación al consumidor final.

Por su parte, la conservera gallega Frinsa del Noroeste, reiteró ayer „tras hacerse pública la alerta por toxina botulínica„ que únicamente hay "una lata afectada". En un comunicado, la fábrica asegura que "tras analizar lo ocurrido, este hecho se limita a una única lata de un único lote" que, subrayan, "previamente a su análisis se abrió y manipuló".

De hecho, remarcan que "los análisis del resto del lote han resultado satisfactorios y así lo ha acreditado la Xunta" y subrayan además que desde que se conoció el caso ha habido "una absoluta colaboración entre la empresa y las autoridades sanitarias".

Insisten en la nota que "los controles de calidad y seguridad alimentaria más estrictos están implantados" en las instalaciones de Frinsa, cumpliendo con todos los requerimientos establecidos por las autoridades sanitarias. Con todo, la empresa ha manifestado "su solidaridad" con las cuatro personas afectadas por este brote, a las cuales desea una pronta recuperación. Son cuatro familiares que tomaron una misma ensaladilla que tenía este atún.