Inodoro. Se recomienda llevar a cabo una desinfección exhaustiva, como máximo, cada dos días.

Fregadero. Alberga miles de gérmenes más que el lavabo del baño.

Estropajos y trapos de cocina. Contienen todo tipo de bacterias, pueden acumular más carga microbiana que el inodoro. Se han de renovar con frecuencia.

Grifos, gomas de la lavadora, nevera. La formación de un biofilm acumula un alto número de microorganismos patógenos, sin embargo, la mayoría de españoles desinfectan mal estas zonas, según el estudio Sanytol.

Suelos. Las bacterias necesitan pocos segundos para colonizar un alimento caído al suelo.

Pomos y picaportes. Contribuyen a la transmisión de la gripe y de otros virus respiratorios.

Cepillo de dientes. Los cepillos de dientes y los vasos donde se colocan pueden albergar bacterias intestinales y virus.

Aparatos tecnológicos. Cada tecla de un ordenador puede acumular unas 450 bacterias.

Juguetes y accesorios infantiles. Hasta un 50% están contaminados con virus respiratorios y digestivos pero casi un 17% de la población no los desinfecta nunca.