Un total de 86 hombres acudieron el año pasado a la terapia gratuita que ofrece la Xunta y el Colexio de Psicoloxía de Galicia con el fin de ayudarles a controlar su agresividad y aprender a resolver sus conflictos familiares sin violencia ni actitudes inadecuadasagresividad conflictos familiares sin violencia. El coordinador del programa Abramos o círculoAbramos o círculo, Rubén Villar, reconoce que un denominador común de todos los participantes es que “minimizan su actitud” y “tienen problemas para reconocer y expresar sus emociones”.

Se anotan de forma voluntaria, ¿son por tanto conscientes de que su actitud no es la adecuada?

En muchos casos ellos no lo ven, pero llegan animados por el entorno que les dicen que la situación no puede seguir así. En la primera toma de contacto es normal que traten de justificar su actitud o minimizar su conducta con expresiones como ‘no es para tanto’ o ‘tengo un carácter fuerte y de ahí los gritos y los portazos’.

¿Cuándo conviene pedir ayuda?

Cuando en las relaciones familiares o de pareja hay cada vez más conflictos y no somos capaces de gestionarlos ni controlar los impulsos. Todas las parejas discuten pero hay algunas que normalizan actitudes que no son normales. Y también cuando hay una conducta de control: se controla el móvil o las redes sociales de pareja, se le dice que no puede quedar o se le echa en cara que le escribió y no le respondió, por ejemplo.

Una vez en terapia, ¿qué es lo que más les cuesta cambiar?

Lo que más les cuesta es el mundo emocional: desde identificar lo que realmente les pasa porque es frecuente que confundan tristeza y rabia hasta no sentir vergüenza por expresar lo que sienten, desarrollar empatía, saber ponerse en los zapatos del otro, etc.

¿Cuál es el perfil de los hombres a tratamiento para dejar su conducta violenta?

Hay de todas las edades. Desde hombres de 80 años hasta jóvenes de 18 o 20 años. Este es un programa dirigido solo a mayores de edad, pero en los últimos años hemos detectado que cada vez hay más adolescentes con este problema o al menos nos llaman solicitando información.

¿Qué les lleva a tener esta actitud?

No hay una única causa, suele ser algo heterogéneo.

¿Han aumentado los interesados en ir a terapia con el auge del movimiento feminista?

Sí, en los últimos años hemos notado un pequeño repunte y es cierto que cuando en los medios aparecen noticias o se abordan estos temas, recibimos más llamadas en el programa.