Hay quienes se niegan a tomar cualquier producto de origen animal, los que deciden retirar el gluten de su vida pese a no ser celíaco, los que optan por no cocinar ningún alimento, quienes vetan todo producto industrial en su mesa o los que deciden volver a comer como en el Paleolítico. Diferentes modelos de alimentación que no siempre están exentos de riesgos. Médicos coruñeses alertan de que algunas de estas dietas conllevan déficit de nutrientes básicos para el hombre y recuerdan que lo ideal es siempre apostar por "una dieta equilibrada" en la que se recurra "al sentido común", señala el endocrino del Hospital Universitario de A Coruña (Chuac) Alfonso Vidal.

Vegetarianos/Veganos. Quienes eliminan de la dieta la carne y el pescado (vegetarianos) o amplían esta restricción a cualquier producto de origen animal como los huevos, la leche o la miel (veganos) se han disparado en Galicia. La Fundación Franz Weber y la Asociación Animalista Libera asegura que ahora hay un 6000% más de gallegos que opta por esta alimentación que hace diez años. Aunque en el caso de la dieta vegetariana, Vidal explica que "si está bien hecha y seguida por un especialista", es una "alimentación saludable que puede permitir controlar el peso, la tensión o al azúcar", la vegana ya presenta más riesgos. "Cuanto más restrictiva es una dieta, más problemática y deficitaria puede ser. Los nutrientes que precisa el organismo están en grupos de alimentos, cuantos más grupos eliminemos, más riesgo de déficit", indica. Y pone ejemplos. "Los lácteos y los huevos aportan proteínas de alto valor biológico [que incluyen los aminoácidos esenciales, básicos para el correcto funcionamiento del organismo]. Es cierto que los veganos los pueden obtener con vegetales pero hay que saber muy bien cómo", indica este endocrino, quien recuerda que esta alimentación también puede provocar déficit de algunos micronutrientes como el hierro „"es cierto que las lentejas o algunos vegetales tienen mucho hierro, pero el problema es que apenas se absorbe", resalta„, vitamina B12 „ "solo se obtiene con productos de origen animal y su falta puede provocar desde anemia a alteraciones", indica„ o el calcio. "Se obtiene principalmente de lácteos y el pescado azul. A los veganos solo les quedan los frutos secos", explica este endocrino, quien asegura que los veganos "suelen necesitar algún suplemento" para paliar estos déficits y es una dieta que no se recomienda "a niños porque están en edad de crecimiento, a embarazadas o a pacientes con cáncer".

Retirar el gluten y la lactosa. Cada vez son más quienes se animan a darle una vuelta a su alimentación y retirar el gluten, solo el trigo o la lactosa, por ejemplo, de su dieta. Eso pese a no ser intolerantes. Lo hacen porque aseguran que se sentirán mejor y es bueno para su estado de salud. Los endocrinos lo desmienten tajantemente. "No hay evidencias científicas", sostiene rotundo Vidal, quien asegura que en el caso de la lactosa uno de los riesgos es volverse realmente intolerante una vez que se abandona su consumo. "El intestino pierde su capacidad de absorber la lactosa y podemos generar intolerancia", sostiene este endocrino, quien recuerda que quienes toman esta decisión "lo hacen porque tienen molestias digestivas, meteorismo, hinchazón de barriga", algo que puede pasar nada más dejar la lactosa, "pero son molestias que vuelven". Y lo mismo ocurre con el gluten. "No mejoramos nada por dejarlo si no somos celíacos más allá del efecto placebo y lo peor es que se sustituyen alimentos por otros que igual incluyen más azúcares y grasas", indica.

'Real food'. La base de esta alimentación es la comida real, es decir, productos no procesados como la carne y el pescado, las legumbres, las verduras o la leche fresca. Huyen de cualquier producto que haya pasado por un proceso industrial y abogan por cambiar los hábitos y apostar por las plazas de abastos antes que por el supermercado. Los endocrinos reconocen que a priori los alimentos frescos son mejores ya que "mantienen todos los micronutrientes" y que siempre es mejor hacer un bizcocho en casa que comprarlo, pero recuerdan que no todos los procesados "son perjudiciales". "Hay que mirar el etiquetado", dice Vidal, quien pone un claro ejemplo: "No es lo mismo una bolsa de ensalada lavada, lista para tomar, que no es perjudicial que el peor producto procesado de comida rápida".

Crudívoros. Son aquellas personas que no consumen ningún alimento cocinado al alegar que durante el proceso, el producto pierde parte de sus proteínas, azúcares, grasas, sales minerales o vitaminas. Alfonso Vidal reconoce que aquí el principal problema es a nivel de "seguridad microbiológica" y recuerda que "el cocinado no es nada malo". Además, al no poder tomar legumbres o cereales crudos, la dieta puede resentirse.

Dieta paleo. La siguen quienes quieren volver a la alimentación de la época del Paleolítico al asegurar que el ser humano está genéticamente preparado para ingerir fruta, verdura, carne o pescado pero no cereales o legumbres. Para Vidal se trata de "una moda" que aporta más proteínas y grasa a la dieta pero cuyos beneficios "son controvertidos". "Si se compara con la dieta mediterránea, no aporta ninguna ventaja", resalta.