Las personas pobres son más obesas, tienen peor salud y se hacen menos pruebas médicas que las que no lo son. Estas son algunas conclusiones de un informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español, con datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2017, que expone que la salud es "claramente más deficiente" entre las personas pobres, considerando que lo son las que viven en hogares con ingresos inferiores a 8.500 anuales o 710 mensuales.

Las personas con ese perfil económico tienen porcentajes más elevados de enfermedades crónicas y limitaciones en actividades de la vida diaria, según el informe. Hay un mayor número de personas pobres a las que no se les han hecho análisis o pruebas médicas: a la mitad de las mujeres con rentas bajas no se les ha practicado nunca una mamografía, por un 30 % en el grupo con rentas superiores, por ejemplo. Y también son más lo que sufren problemas como la obesidad: 21% entre personas con menos renta, frente al 14% en rentas más elevadas.

"España tiene la mejor sanidad del mundo, pero no llega a todas las personas y también inciden las condiciones sociales", aseguró ayer el autor del informe, Juan Carlos Llano, durante la presentación.