Un horror como el de 1948 en Oleiros se ha vuelto a repetir en Valga. Es el precedente más famoso. Aquel brutal crimen ocurrió también en un mes de septiembre y en una hora similar, sobre las ocho de la mañana, y con el mismo resultado: un triple asesinato machista, una madre y dos hijas. Se le conoce como el crimen de O Jalisco, sobrenombre de José García Peña (oriundo de este estado de México), que un 23 de septiembre de 1948 mató a puñaladas a su mujer María Docampo (de 30 años), a su suegra María Ramos y a su cuñada Encarnación, en su finca en Arillo (Oleiros), ahora mismo en obras ya que el Concello ejecuta una senda peatonal que atraviesa esta propiedad que está catalogada por su alto valor (es de 1874).

María Docampo y su hermana nacieron en Estados Unidos (EEUU), a donde emigraron su padre, natural de Bergondo, y su madre de Oleiros. El de ella es un nombre conocido porque fue intérprete de Castelao durante su estancia en Nueva York, y según aseguraron algunos autores como el investigador Emilio González López,el intelectual Isaac Díaz Pardo o el escritor Xosé Luis Méndez Ferrín, le espió para la CIA.

Si en el crimen de Valga el autor confeso mató con arma de fuego, en Oleiros O Jalisco eligió el cuchillo. A María Docampo le asestó 17 puñaladas, a su suegra quince y a su cuñada, dos. Fue condenado a un total de 25 años de cárcel en una época en la que estaba vigente la pena capital (garrote vil). Cumplió una parte en la prisión de A Coruña pero luego fue trasladado a una prisión en Canarias y años después quedó libre. Volvió a casarse y, en 1976, mató a su segunda mujer y a su hija, según el escritor Manuel Guede, que investigó este caso para escribir una obra teatral basada en los hechos. Según Guede, después de este segundo crimen logró huir y fue detenido en un aeropuerto y trasladado a un psiquiátrico donde falleció en 1978.

En Valga la pareja estaba en trámites de separación. En el caso de Oleiros todo apunta a que estaban separados. María Docampo, junto a su madre y hermana regresaron a Galicia para residir en la casa que habían comprado en Arillo, sin su marido José García Peña, pero él la siguió desde allí y las mató a las tres. Están enterradas en un panteón en el cementerio parroquial de Dorneda.