El conflictivo carácter de José Luis Abet Lafuente, de 45 años, presunto autor del triple crimen machista que sobresaltó por la mañana a Galicia entera, era resaltado ayer por los vecinos en casi todas las conversaciones entre ellos. Nadie pensaba que este hombre, natural de Bertamiráns (A Coruña) pudiera llegar a estos extremos aunque ayer por la mañana en Valga se recordaba su tremenda altanería y su duro talante caracterizado por querer imponer a todos su voluntad, por lo que no contaba con muchos amigos en la localidad que le acogió. "Tuvo juicios con todos los vecinos colindantes y no se avenía a razones con nadie, era muy problemático cuando construyeron la casa", recordaba ayer uno de los residentes de la localidad. José Luis Abet, que regentó una pequeña empresa de construcción en Caldas, trabajaba ahora para Eslavesa, estaba casado en segundas nupcias con Sandra Boquete con la que tuvo dos hijos, el mayor de 7 años de edad actualmente y el menor de 4.

Hace unos diez años decidieron construir su vivienda en Carracido (Valga) "y desde el primer momento ya surgieron los primeros problemas con todos los del lugar porque El Moro, apodo por el que era conocido, discutió y se enfrentó a todos los colindantes, en una localidad en la que la familia de su mujer era muy apreciada.

Dicen sus allegados que Sandra Boquete, de 39 años, que trabajaba en las oficinas de la empresa de aluminios STAC de Padrón desde hace diez años, era una mujer muy querida en la localidad en la que residió casi toda su vida con sus abuelos, pues sus padres emigraron a Suiza.

También destacan el especial trato que todos tenían con su hermana Alba Boquete, de 27 años, quien había abierto un gabinete de logopedia en Pontecesures tras haber cursado el grado universitario correspondiente en la Universidad de Santiago de Compostela. En el centro de rehabilitación reconocen que quedaron "bloqueados" al conocer la tremenda noticia de la salvaje muerte de la joven, responsable del gabinete y colaboradora de asociaciones como Amencer que trata con niños autistas o con parálisis cerebral.

Pero quien quedó verdaderamente en shock es el padre de familia, Fernando Boquete, a quien la Guardia Civil llamó ya a primera hora de la mañana a su puesto de trabajo en el Ayuntamiento de Valga para comunicarle el drama al que se tiene que enfrentar, tras morir su mujer y dos hijas a manos de su exyerno en un crimen deleznable y reprobado por todos los colectivos sociales.

Fernando Boquete de 62 años se encontraba en su puesto de trabajo como empleado temporal del Ayuntamiento de Valga donde fundamentalmente realizaba labores de mantenimiento de edificios públicos desde hace seis meses. "Pretendía jubilarse pues también tenía derecho a una pensión de Suiza donde trabajó casi toda su vida junto a su mujer Elena Jamardo", quien recientemente superó un cáncer de mama y cuyo principal pilar de vida lo constituían ahora sus dos hijas y sus pequeños nietos. En Valga cuesta digerir el mazazo por este segundo crimen machista en apenas medio año.