Un centenar de personas esperaban ayer por la mañana a las puertas de la sede judicial de Caldas de Reis a José Luis Abet y lo recibieron y despidieron con gran indignación entre gritos de "asesino" y "desgraciado". El autor confeso del triple asesinato machista llegó sobre las 10.45 horas con el rostro descubierto en un coche "camuflado" pero fuertemente escoltado por la Guardia Civil, que había establecido un cordón de seguridad.

Abet permaneció en el interior del edificio judicial durante más de dos horas a la espera de que finalizasen las declaraciones de los testigos, entre ellos la familia vecina que acogió a los dos niños de la pareja tras el brutal crimen. Pasadas las 13.30 horas, abandonaba el juzgado con el auto de prisión en la mano y cubriéndose el rostro camino de A Lama.

De momento el juzgado no ha adoptado una decisión sobre la patria potestad de los dos niños, de 7 y 4 años de edad, que de momento se encuentran en casa de unos familiares maternos.

Aunque Abet dijo no encontrarse en condiciones de declarar ante la jueza, quienes lo vieron en el interior de los juzgados apuntan que estaba sereno, con la cabeza agachada y en ocasiones se venía abajo.

En su entorno apuntan que Abet quería "volver" con Sandra, su segunda mujer y con la que estuvo casado diez años hasta que en enero de 2018 se divorciaron de mutuo acuerdo. No obstante, indican que él se quejaba de que tenían problemas por el dinero, por la casa de Carracido que había sido su domicilio familiar y también con la familia de ella.