Rosa Álvarez cree que la violencia machista es evitable y se puede prevenir. La coordinadora de Igualdad y Género del Consejo General de Psicología de España y decana del Colegio Oficial de Psicología de Galicia aboga por buscar nuevos mecanismos para intervenir y proteger a las mujeres maltratadas. "Hay que apostar por otro modelo, otro modelo de ser hombre y ser mujer". El marco legal actual es necesario, pero hay que "ir más allá".

Viste una camiseta negra con el lema "Contra la violencia". Varias letras del eslogan han desaparecido, lo que deja entrever que es posible erradicar la lacra social de la violencia machista. Se trata de una campaña que lanzó hace unos años el Ayuntamiento de Santiago de Compostela. La iniciativa caló en la sociedad. Rosa Álvarez Prada habla sin tapujos de la violencia de género. "No podemos hablar de violencia intrafamiliar que obvia la naturaleza de este problema en una sociedad patriarcal y machista. No se trata de violencia intrafamiliar, no podemos desviar la atención y el foco, es un problema estructural de la sociedad, no se puede desviar el foco a otro tipo de violencia", sentencia.

Las cifras actuales de la violencia de género son muy altas.

Las cifras son alarmantes. Desde 2003, 1.017 mujeres han sido asesinadas en España por sus parejas o exparejas, 42 en lo que va de año. Treinta menores han sido asesinados. El 79% de las víctimas de 2019 no había presentado denuncia. En nuestro país, hay 800.000 hogares en los que se está viviendo una situación de violencia de género. España es un país seguro, pero el mayor riesgo para la mujer es su pareja o expareja. El 20% de los 300 asesinatos que se cometen de media en un año en España son mujeres víctimas de violencia machista.

¿Cómo se puede luchar contra la violencia machista?

Hay que apostar por otro modelo, otro modelo de ser hombre y ser mujer en esta sociedad. Hay que buscar otros mecanismos, hay que ir más allá. No podemos poner todo el foco en la denuncia cuando hay mujeres que no lo hacen y están fuera del sistema de protección. Hay que denunciar, hay que intervenir, hay que sensibilizar, pero tenemos que trabajar otras cosas. Solo con este camino no es suficiente para hacer frente a la violencia machista. Tenemos las medidas, tenemos las leyes, que son necesarias, y aun así crece el número de mujeres asesinadas. Entonces, ¿en qué fallamos? La palabra prevención la usamos mucho, pero realmente no se hace o se hace poca. En una sociedad avanzada debemos ser capaces de hacer frente a esta lacra.

La Delegación del Gobierno para la violencia de género prepara una estadística más amplia que incluya a todas las mujeres asesinadas por un hombre, aunque el asesino no sea su pareja o expareja. ¿Qué le parece?

Me parece bien que amplíen la estadística, pero con las cifras que ya tenemos, deberíamos estar todos alarmados. Estamos hablando de un terrorismo, es un terrorismo que no alarma. Y sabemos que todavía hay más víctimas que están invisibilizadas. Con las cifras que tenemos, ya es suficiente para tomar otro tipo de conciencia, como sociedad. Estamos con ese goteo incesante, cada día una mujer asesinada y eso ya no nos despierta, ya no nos remueve nada por dentro. No se pueden hacer minutos de silencio y volver a la rutina como si no nos afectara.

¿Quién debe implicarse en erradicar esta lacra?

El compromiso tiene que ser de todos. Por una parte, a nivel institucional, es decir, nuestros gobiernos tienen que hacer frente a este problema y también, por otra parte, los profesionales del mundo de la justicia, la educación, la sanidad. Todos tenemos la obligación y la responsabilidad de trabajar profesionalmente, con formación y con perspectiva de género. Y luego la sociedad civil en general y las familias.

¿Cree que puede llegar a desaparecer la violencia machista?

Creo que este tipo de violencia es evitable y se puede prevenir. Yo creo que la prevención y la educación son prácticamente las únicas herramientas hoy que pueden poner fin a la violencia de género. Lo digo en un amplio sentido. Pero hay que apostar seriamente por ellas, desde una edad muy temprana desde los cero años. Por eso, son necesarios profesionales de la educación y de la psicología que estén bien formados.

¿Es suficiente el trabajo que se hace en las escuelas?

En la mayoría de los centros educativos del Estado se contemplan las mismas asignaturas que años atrás, en el siglo pasado. No puede quedar en manos del voluntariado de los profesores y profesoras que sean sensibles al tema de la violencia de género y en sus clases voluntariamente se trabaje esta cuestión. No vale solo trabajar el tema el 8 de marzo y el 25 de noviembre. Tenemos que hacer un programa serio educativo que incluya toda la etapa Infantil, Primaria y Secundaria, incluida la universidad. Un programa impartido por profesionales. No es suficiente con hacer un taller en clase.