6+10+6: seis horas de entrenamiento diarias, en diez jornadas consecutivas y seis meses de seguimiento. Esta es la fórmula de un novedoso programa de terapias intensivas en neurorrehabilitación puesto en marcha por la Asociación de Daño Cerebral Adquirido de A Coruña (Adaceco) para mejorar la recuperación de los afectados por DCA, tanto en la fase aguda como en la crónica de esa dolencia. Fue el pasado mes de junio cuando la entidad coruñesa decidió dar un paso más en la atención que presta a este colectivo y a sus familiares, añadiendo este tipo de tratamiento a su oferta de servicios. En estos cuatro primeros meses los resultados, sostienen, han sido "más que positivos".

"El 100% de los participantes en las terapias consiguieron más del 75% de los objetivos que se le plantearon en un inicio, como aumentar la independencia en las actividades de la vida diaria y mejorar la funcionalidad del lado del cuerpo más afectado", destaca la terapeuta ocupacional de Adaceco y responsable del programa, Inés Cortés, quien asegura que, en principio, este tipo de terapias están indicadas para cualquier paciente con DCA, con independencia de su grado de afectación. "La única contraindicación es que sufran alguna otra dolencia que les impida realizar ejercicios con tanta intensidad como, por ejemplo, artrosis", señala.

A los participantes en el programa de terapias intensivas en neurorrehabilitación les exigen, eso sí, "compromiso" y "mucho trabajo". "Es fundamental que se comprometan a trabajar en casa. Con asistir a las sesiones no es suficiente. Para lograr resultados tienen que hacer los ejercicios que les pautamos e integrarlos en sus rutinas diarias", destaca la terapeuta ocupacional de Adaceco, quien asegura que el papel y la implicación de las familias resulta, también, fundamental. "No hay una persona afectada de daño cerebral, hay una familia, porque es una dolencia que tiene repercusiones en todo el núcleo familiar, que tiene un papel relevante desde el principio, ya que debe afrontar una situación de extraordinaria gravedad, además de gestionar sus propios miedos, y preocupaciones. Es un apoyo imprescindible para el afectado por DCA, de ahí que también tenga un papel destacado en las terapias. De hecho, algunas de las sesiones las realizamos en la propia vivienda del enfermo, acompañados por algún familiar o cuidador", remarca Inés Cortés, encargada de llevar a cabo esas sesiones junto con la fisioterapeuta Rebeca Yebra.

La rehabilitación, "clave"

El sistema sanitario garantiza un atención razonablemente homogénea en la fase aguda del DCA, durante los momentos posteriores al accidente que lo provoca. No obstante, la atención es desigual en el ámbito de la rehabilitación, mientras que la promoción de la autonomía personal y la inclusión social recaen, fundamentalmente, en asociaciones de familiares. Desde Adaceco insisten en que la rehabilitación es "fundamental" para que estos pacientes sigan recuperándose, puedan mantenerse lo mejor posible y, así, evitar los reingresos y las complicaciones. "Los límites los tiene que poner la capacidad de recuperación de la persona, no la falta de recursos ni de respuesta. Nadie tiene que ser condenado al olvido por sufrir DCA. Una vida salvada merece ser vivida de forma digna", subraya Inés Cortés, haciendo suyo uno de los lemas de la entidad.

Junto con las terapias, las asociaciones de afectados y familiares organizan toda una serie de actividades de ocio y tiempo libre, como salidas en grupo a la calle, visitas guiadas e, incluso, funciones de teatro. Lo que buscan con todas esas actividades es fomentar la socialización de los pacientes con DCA y sus familias ya que, sobre todo al principio, se suele ver "bastante mermada".

En la comunidad gallega, casi ocho de cada diez casos de daño cerebral adquirido son consecuencia de accidentes cerebrovasculares (ictus) aunque también se producen por traumatismos craneoencefálicos en accidentes de tráfico, deportivos y laborales o tumores cerebrales, entre otras causas. De ahí que sea tan necesario concienciar a la sociedad sobre la importancia de cuidarse, llevando un estilo de vida saludable „un aspecto en el que desde Adaceco hacen especial hincapié„ y, también, de tener prudencia al volante.

Junto con la prevención, el abordaje precoz del DCA es "clave" para reducir las secuelas. La rapidez con la que se atiende a los afectados marca la diferencia entre un susto, una discapacidad leve, moderada o grave, o la muerte. "Las primeras cuatro horas son primordiales, ya que administrar rápido el tratamiento aumenta las posibilidades de supervivencia y recuperación", destacan desde Adaceco. Por eso resulta fundamental saber identificar los avisos que nos envía el cerebro. Y es que son varios los síntomas que nos deben poner en alerta, como "dolor de cabeza intenso y de inicio súbito, debilidad en una parte del cuerpo, pérdida de visión, alteraciones en el lenguaje, dificultad para mantener el equilibrio...", enumeran desde la entidad coruñesa.