Un equipo de investigadores ha demostrado que el tratamiento con el fármaco dabigatrán, un anticoagulante oral de acción directa, retrasa en ratones la aparición del alzhéimer. Los resultados se publican en la revista Journal of the American College of Cardiology (JACC) y, según sus responsables, abren la puerta a un posible futuro tratamiento para esta enfermedad.

La investigación está liderada por científicos españoles del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), en colaboración con un equipo de la Universidad de Rockefeller de Nueva York (EEUU). En concreto, los investigadores han demostrado que, después de un año de tratamiento con dabigatrán, los animales no experimentaron pérdida de memoria ni disminución en la circulación cerebral. Asimismo, se observó que esta terapia disminuía la inflamación cerebral, el daño vascular y reducía los depósitos del péptido amiloide, signos típicos del alzhéimer, según informó ayer el CNIC.

Este tipo de demencia afecta a más de 30 millones de personas en el mundo y está asociada a una disminución en la circulación cerebral, de manera que las células del cerebro no reciben todos los nutrientes y oxígeno necesarios y mueren. También se conoce que el alzhéimer es un trastorno multifactorial con un componente pro-coagulante crónico.

Los fármacos aprobados hasta la fecha solo ayudan temporalmente con los problemas de memoria, pero no consiguen detener ni revertir los síntomas.

El presente estudio ha combinado técnicas fisiológicas y moleculares para demostrar que la anticoagulación a largo plazo con dabigatrán mejora la patogénesis del alzhéimer en ratones. Este medicamento, con menos efectos secundarios que otros anticoagulantes clásicos, está aprobado para su uso en diferentes enfermedades humanas, como la prevención del ictus.

Marta Cortés Canteli,responsable del estudio, destaca la necesidad de desarrollar terapias combinadas e individualizadas dirigidas a tratar los diferentes mecanismos que contribuyen al alzhéimer.