Los centros de salud gallegos atendieron durante el año pasado más de 26 millones de citas, una cifra que multiplica por cinco las consultas registradas por los especialistas en los hospitales. Los médicos de familia, como suelen señalar desde el colectivo, están en primera línea: son la puerta de entrada al sistema, y durante los últimos meses han protestado por agendas que incluyen hasta 55 pacientes en una mañana, según denunciaron en su momento, por ejemplo, los jefes de servicio de Vigo que renunciaron en bloque el pasado diciembre. Por eso no resulta de extrañar que sean también estos especialistas en concreto los que sucumban más a trastornos mentales y/o adicciones que pueden afectar a su trabajo.

Según los datos del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime), específico para atender a facultativos con problemas de salud mental o dependientes de algún tipo de sustancia "que puedan interferir en su práctica profesional", explican desde el Colexio de facultativos de Ourense, los médicos de familia suponen el 42% de los atendidos, seguidos a gran distancia de anestesistas (7%), pediatras (6,1%) o psiquiatras (4,2%). Estos porcentajes tienen la cifra estatal como referencia: en dos años, según la Organización Médica Colegial (OMC), estas consultas pensadas ex profeso para estos profesionales tuvieron que atender un total de 877 nuevos casos, 456 en 2018 y 421 en 2018, casi un 30% más que en los dos años precedentes.

Aunque Galicia no está en los primeros puestos en números absolutos, al enviar al programa Paime a 25 nuevos facultativos durante los dos ejercicios estudiados, si los datos se analizan teniendo en cuenta los médicos atendidos en función del número de colegiados, la comunidad, con un 5,5%, escala posiciones y se cuela en sexto lugar entre las que tienen mayores ingresos tras Madrid, Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y Castilla y León.

Desde que hace 21 años arrancó el Paime con el objetivo, explican desde la OMC, de cuidar de la salud del médico para garantizar una asistencia de calidad y de buena praxis a los ciudadanos, han sido atendidos 5.171 facultativos en todo el país y, en el caso de Galicia, con los datos reunidos hasta 2016 y en los dos años posteriores suman 92.

En general, el motivo más recurrente para ingreso en el Paime son los trastornos mentales, en tres de cada cuatro médicos. El principal diagnóstico clínico, indican desde la OMC, está vinculado a trastornos del estado de ánimo, que afectarían a uno de cada tres facultativos que llegan al programa, en general de forma voluntaria, mientras uno de cada cuatro tiene problemas con el alcohol u otras sustancias, uno de cada cinco sufre trastornos adaptivos y uno de cada ocho, trastornos de ansiedad.

Los datos del Paime „al que el Sergas destinó este año 40.000 euros„ se presentaron con motivo de un congreso específico que concluyó con la denominada declaración de Murcia, en la que las organizaciones médicas advierten de que el carácter vocacional de la profesión "no la exime de conllevar una gran carga de estrés ya desde el acceso a la facultad" y defienden que "sensibilizar, prevenir y atender las conductas y hábitos de riesgo que conducen al médico a la situación de quemado, e incorporar un repertorio de hábitos saludables, es una responsabilidad" que atañe tanto a profesionales como a instituciones.

En la negociación del plan de Atención Primaria en Galicia los colegios médicos pusieron el acento en la "sobredemanda", que se produce en un contexto, alega la Xunta, en el que la escasez de médicos de familia y pediatras es generalizada. De la carga de trabajo que asumen „y que, dicen, es "excesiva"„ da idea el que uno de cada diez gallegos deba esperar dos días para ser atendido por su facultativo de cabecera, que colegios profesionales adviertan de que la "saturación" de Primaria provoca incluso prejubilaciones o, como apunta otro informe de la OMC, que los médicos de familia gallegos estén por encima de la media estatal en pacientes atendidos por día. En este contexto, colectivos de Atención Primaria han convocado una nueva huelga para el mes de noviembre.