La Congregación de la Doctrina de la Fe del Vaticano ha condenado al jesuita Pere Sala a vivir recluido en la residencia de Sant Cugat del Vallés donde vive por haber abusado de al menos dos de sus alumnos en el colegio Sant Ignasi de Sarrià (Barcelona) en los años 80, una pena canónica inédita que levanta la prescripción del delito.

La sentencia, resultado del proceso contra este sacerdote iniciado a comienzos de este año tras las denuncias de abusos sexuales, incluye prohibir al sacerdote, que ahora tiene 95 años, celebrar sacramentos y realizar actividades apostólicas y pastorales de carácter público.