Los pacientes son los principales damnificados por el aumento en los casos de desabastecimiento de fármacos.

Si están hospitalizados, es el centro el que se encarga de buscar el medicamento, pero en caso contrario, pueden verse obligados a peregrinar de farmacia en farmacia hasta encontrar lo que su facultativo le ha recetado.

Si no lo encuentran, deberán volver al médico a por una alternativa.

Para minimizar estas situaciones, el Ministerio de Sanidad, a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, y las comunidades trabajan para establecer un sistema que permita alertar de forma automática y en tiempo real a los facultativos sobre los fármacos u otros productos médicos que sufren problemas de suministros para evitar su prescripción y ofrecer una alternativa a sus pacientes, ahorrándoles así las molestias.

Sufren problemas de abastecimiento varios medicamentos, entre ellos antidepresivos, fármacos contra las arritmias o controladores de la presión arterial, entre otros.