Las setas no entienden de meses, ni de fechas concretas en el calendario. El calor, el frío y sobre todo las lluvias que determinan la humedad del suelo rigen su ritmo vital y son quienes marcan cuando aparecen y en qué cantidad. Por ello, la ausencia de lluvias notables y las altas temperaturas no solo han hecho que el inicio de la temporada se retrasase de nuevo este año en Galicia sino que las setas que ya han aparecido en los montes y campos gallegos no lo hacen en el orden que hasta hace unos años era el habitual. "El cambio climático les afecta muchísimo. Ya no hay estaciones tan claras como hace años, las setas gallegas estaban adaptadas al clima de aquí y si el clima cambia, ellas también", indica el vicepresidente de la Asociación Micolóxica Coruña, Fernando Ramos, quien resalta que muestra de ello es el "desorden" en la aparición de estos productos. "Hay setas que normalmente aparecen casi al final del otoño y de las que ya se han visto ejemplares, y algunas de verano que como casi no llovió salieron muy tarde y muy poquitas", sostiene.

Pese a que asociaciones micológicas gallegas iniciaron sus tradicionales salidas en busca de setas ya el pasado mes de septiembre, lo cierto es que la temporada volvió a retrasarse un año más. El principal problema es, de nuevo, la falta de lluvias. "Se ha retrasado porque fue un verano muy seco y las setas precisan mucha humedad en el suelo", indica José Manuel del Río desde la asociación Andoa de Cambre. Ramos, por su parte, reconoce que aunque ya arrancó la temporada a estas alturas "todavía hay diferencias en función de a qué zona de Galicia vayas". En su opinión, la provincia de Ourense es una de las que cuenta con más ejemplares en la actualidad mientras que Del Río apunta también a la sierra de A Capelada o al norte de Lugo como zonas idóneas para la recogida. Con la temporada recién estrenada ya es posible encontrar lepiotas, boletus, níscalos o cantarelos por los campos gallegos.

Eso sí, hay que saber donde buscar porque la aparición de este manjar otoñal no solo depende del clima. El entorno y los usos del suelo también son claves para su aparición. Pese a la que comunidad gallega cuenta con hasta 1.300 especies de setas diferentes „no todas comestibles„ hay zonas donde no vale la pena ni mirar. "En las zonas de eucaliptales casi es un desierto, casi no hay ninguna seta comestible", indica Ramos, quien explica que "el abandono del campo o que una zona esté llena de zarzas" también merma la aparición de estos hongos. Para asegurarse la presencia de alguno hay que optar por buscar en "bosques caducifolios o zonas herbáceas, especialmente en las que haya ganado cerca, vacas, caballos...".

´Galicia, al contrario que otras autonomías como Cataluña o País Vasco, no es una comunidad con gran tradición por las setas pero los expertos aseguran que cada vez hay más gente interesada. Para quienes se quieran iniciar en la recogida de setas piden formarse adecuadamente antes de salir al campo. "Es imprescindible ir a cursos. Tener una guía de ejemplares es importante porque te ayuda a refrescar lo ya dado en el curso, pero eso sí, hay que fijarse en el texto, no en el dibujo porque las setas como los humanos, no son todas iguales", explica Fernando Ramos. "Es clave acudir a charlas y formarse porque hay un alto riesgo de coger una seta que sea tóxica, hay que tener mucha precaución porque hay setas que solo cien gramos son capaces de matar hasta a un caballo", añade José Manuel del Río, quien recuerda que mañana arranca la Semana Micolóxica de Cambre donde no solo habrá conferencias de expertos y talleres sino que el domingo 20 habrá una gran exposición con ejemplares de múltiples variedades. Además, para ayudar a los novatos, tanto en Andoa como en la Asociación Micolóxica Coruñesa los lunes, de forma totalmente gratuita, ofrecen un servicio de identificación. "La gente viene con las setas que ha recogido el fin de semana y se les ayuda a identificarlas para que no corran riesgos", explica Del Río.

Además de formarse para identificar las setas comestibles de las peligrosas, el futuro recogedor de setas debe aprender una serie de buenos hábitos a la hora de salir al campo. Siempre hay que ir con una cesta y no bolsa para que los ejemplares recogidos suelten sus esporas y puedan salir nuevas setas en el futuro; no deben cortarse sino arrancarse para poder identificarla y nunca pisar ni destrozar otros ejemplares ya que todos cumplen una función.