Se ha declarado una infestación. Ha sido identificada la especie invasora, pediculus humanus. Podría tratarse de una reedición de las diez plagas de Egipto. "Dijo el Señor a Moisés: 'Di a Aarón: Extiende tu bastón y golpea el polvo de la tierra que se convertirá en mosquitos sobre todo el país de Egipto'. Así lo hicieron: Aarón extendió su mano con el bastón y golpeó el polvo de la tierra; y hubo mosquitos sobre los hombres y sobre los ganados. Todo el polvo de la tierra se convirtió en mosquitos sobre todo el país de Egipto". [Éxodo 8,16-19] Mosquitos. O no. El sustantivo hebreo kinim puede traducirse como "mosquitos" pero también "pulgas"... ¡o piojos! La epidemia ha sido controlada con medidas profilácticas de choque. Se desconoce, o no ha trascendido, la identidad del sujeto portador, el paciente cero. Han surgido las sospechas. La modelo, porque dio la voz de alarma. La veterana, porque se rasca mucho la cabeza, ella dice que por reflexión. El guaperas, por el tupé. El otro, por el injerto. Como en una novela de Agatha Christie, o de Leticia Sabater, todos parecen culpables. El paciente cero, además de sufrir los efectos del pediculus, suma el estigma social. Y aún quedan las liendres. Esos huevitos.