Si pensamos en películas como Invasor, Celda 211, El niño, El desconocido o La sombra de la ley, lo primero que se nos viene a la cabeza son actores como Luis Tosar, Alberto Amman o Michelle Jenner, o directores como Daniel Monzón o Dani de la Torre. Pero detrás de todos esos proyectos están el tesón y el talento inagotable de Emma Lustres, directora de Vaca Films. Una productora de sueños, capaz de sacar adelante una historia tan descarnada como la del preso Malamadre o de poner patas arriba las calles del centro de A Coruña para grabar una persecución automovilística, con coche volcado incluido . Su trayectoria, plagada de reconocimientos, le sirvió para hacerse, el año pasado, con uno de los galardones de los primeros premios de eWoman Coruña. El próximo jueves compartirá con los asistentes a la segunda edición, impulsada por CaixaBank, de esas jornadas que se celebrarán en el hotel Meliá María Pita, su experiencia y las claves de un éxito que, tal y como ella misma reconoce, se sustenta en "tres pilares clave": "trabajo, pasión y perseverancia".

¿Cuándo arrancó su idilio con el séptimo arte?

Muy poco antes de poner en marcha Vaca Films, en 2003. Es verdad que siempre me ha gustado el cine „cuando era muy pequeña quería ser actriz o cantante, como casi todas las niñas, aunque a los 12 años esa idea ya se me había quitado de la cabeza„, pero nunca había pensado en dedicarme profesionalmente a nada relacionado con el séptimo arte, y mucho menos en ser productora. Acabé en este sector un poco de rebote.

¿De rebote?

Así es. Al terminar la Universidad empecé a buscar posibles másteres y descubrí el de Producción y Gestión Audiovisual de la Universidade da Coruña (UDC). Ahí fue cuando me acerqué por primera vez al mundo de la producción. Un mundo que hasta ese momento, me resultaba totalmente ajeno...

Tiene su lógica, los productores son los grandes desconocidos del sector audiovisual.

En los últimos años hemos ganado cierta visibilidad, pero seguimos siendo una profesión muy desconocida dentro de un sector tan expuesto como el audiovisual. Un sector que, desde mi punto de vista, es y continuará siendo una de las industrias más importantes del siglo XXI. No solo porque las pantallas parezcan ya una extensión de nuestros propios brazos, sino porque refleja fielmente la sociedad de cada sitio. Y el motor de todo ese engranaje son los productores. Por eso creo que es muy importante poner el foco en el trabajo de estos profesionales. Y jornadas como eWoman Coruña también contribuyen a ello.

¿Desde que usted empezó, cree que ha mejorado la presencia de la mujer en el sector audiovisual?

Justo en la producción no vamos mal, pero en otros departamentos la presencia de la mujer es baja y queda mucho por hacer. Aún así, yo creo que es más importante, porque tiene más influencia en la sociedad, lo que el cine o el sector audiovisual en general muestran de la sociedad y de las mujeres. El contenido. Creo que ahí es donde tenemos que poner más el foco. Lo otro caerá por su propio peso. Las universidades están llenas de chicas, el rol de mujer que se queda en su casa cuidando de sus hijos, afortunadamente, está obsoleto. Somos más currantas, tenemos una gran capacidad de trabajo en equipo, al menos eso es lo que extraigo yo de mi experiencia. Por eso creo que, en cuestión de unos años, se acabará rompiendo el techo de cristal que aún persiste en este sector.

Cuando habla de poner el foco en el contenido, ¿a qué se refiere?

Tenemos que ser muy cuidadosos con los roles que se atribuyen a las mujeres en la ficción, pero también a otros colectivos, como los inmigrantes. Puede parecer un asunto sin demasiada relevancia, pero sí la tiene. El cine, la televisión e incluso la publicidad son herramientas maravillosas para lanzar mensajes positivos a la sociedad. La película Campeones de Javier Fesser me parece un muy buen ejemplo de todo esto. De repente una cinta habla de un grupo de jóvenes con discapacidad y muchísima gente cambia su visión sobre estas personas. Por eso creo que es importantísimo poner el foco en lo que se transmite con el contenido.

¿Se ha encontrado dificultades a lo largo de su carrera por el hecho de ser mujer?

Dificultades por el hecho de ser mujer, no. Pero sí he vivido situaciones de cierto prejuicio, sobre todo al principio. Ir a festivales, y que la gente me preguntase: "¿Tú qué eres actriz?". Al contestarles que era productora, les llamaba la atención. O cuestionarme: ¿Tú a quien tienes detrás? ¿Quienes son tus socios capitalistas?". Esto es algo que me ha pasado tanto con hombres como con mujeres. En aquel momento no le daba demasiada importancia, al final terminas por normalizarlo, aunque no deja de ser un detalle de la desigualdad. Un reflejo de que no estamos habituados a ciertas cosas a las que sí deberíamos estarlo para que la sociedad fuese mejor.

¿Qué aconsejaría a las jóvenes que sueñen con ponerse detrás de las cámaras y, en concreto, con dedicarse a la producción audiovisual?

Obviamente, a una chica que quiera ser productora audiovisual me podría tirar siete horas dándole consejos, pero si tuviese que hacer un resumen le diría que trabaje mucho. Si hay trabajo, los éxitos llegan.