Tres palabras importantes que resumen la aspiración de cualquier persona. Todos necesitamos sentirnos bien, ser felices y disfrutar los buenos momentos. Entender la vida con optimismo no es sólo cuestión de carácter, puedes modificar tu percepción si analizas los sucesos desde una nueva perspectiva que te permita asumir la realidad. No resulta fácil pero tampoco es imposible. Inténtalo porque te sentirás mucho mejor y conseguirás hacer frente a cualquier situación que se te plantee.

Analicemos la situación. Algo va mal en tu vida. No tiene que ser un problema puntual, aunque normalmente es así, pudiendo relacionarse con un conjunto de temas que han agotado tu buen humor. Lo percibes como terrible y sin solución. Nunca te había pasado antes. No eres objetivo. Seguro que has vivido algún momento similar en el que tus pensamientos fueron idénticos y, posteriormente, superaste. Jamás son permanentes y acaban desapareciendo y resolviéndose (aunque puede que no como tú deseas). Hasta has olvidado que ya lo habías vivido. Imagínate lo poco trascendental que es.

Lo complicado es afrontarlos en el momento en que se presentan. La mejor opción es aceptar el problema y hacerle frente de manera positiva para minimizar sus efectos. Los expertos recomiendan una serie de acciones que te ayudarán a "pasar el bache" sin que se produzcan daños permanentes:

-Convertir el problema en una nueva oportunidad es la clave que nos permite afrontar las situaciones negativas a las que nos enfrentamos a diario. Si el coche no funciona, camina hasta tu destino o utiliza el trasporte público. Entender que no es un problema porque te permite hacer ejercicio y cambiar tu recorrido evitará que te sientas frustrado porque tendrás que acudir al taller a repararlo.

-Asumir la realidad y descubrir cómo modificarla. Engañarse no genera ninguna solución. El problema se ha presentado y necesitas analizarlo con claridad y resolverlo de la manera que creas conveniente. Tampoco resulta correcto intentar creer que no está sucediendo porque esa negación, a corto plazo puede hacer que te sientas mejor, pero, a largo plazo, aumentará tu sensación de impotencia.

-Reflexionar sobre el problema y buscar una salida sin centrarse en lo negativo. Darle vueltas y negativizar la situación no resulta productivo. Lo importante es que lo enfoques con ilusiones renovadas recordando otros momentos, pero sin que las emociones negativas afecten a tu racionalidad para que puedas ser capaz de resolverlo.

-Aceptar lo negativo como parte de la vida nos ayuda a enfrentarnos a nuestros miedos, a aprender y volver a empezar. Desde que nacemos nos enfrentamos a nuevos retos que, a medida que crecemos incrementan su dificultad ¿verdad? No es tan sencillo. Para un bebé resulta muy difícil dar sus primeros pasos o emitir sus primeras palabras. Se enfrentan a un problema de enormes dimensiones, pero tienen las capacidades necesarias para hacerle frente. Lo mismo te ocurre a ti. El problema ha cambiado (ya sabes caminar y hablar) y tienes los mecanismos necesarios para resolverlo si lo enfrentas de manera positiva.

-Valorar los pequeños detalles que nos hacen sentir bien. No te autocastigues continuamente sintiéndote culpable por todo lo que te ocurre. Disfruta de una puesta de sol, un vino con tus amigos o una tarde de lluvia en casa porque todas esas actividades dejarán una impresión positiva en ti.

-Agradecer lo beneficioso. Seguro que encuentras algo que te provoca sentimientos positivos y agradecimiento hacia personas que forman parte de tu vida, aunque no reaccionen como tú deseas en todo momento. Si estás pasando un momento malo con alguien que ha sido importante para ti, intenta centrarte en lo bueno que habéis vivido juntos para poder superar el bache.

-Generar un entorno estable y saludable. Aléjate de las personas tóxicas que únicamente te negativizan. Existen. Y seguro que tienes alguna muy cerca en la que no te habías fijado o consideras que no lo es porque ni siquiera te lo habías planteado.

Deja de pensar ¿por qué me pasa todo lo malo a mí? Es la peor opción que puedes plantearte porque te lleva a un bucle negativo que sólo genera miedo y desencanto. Y, en realidad, nos pasa lo mismo a todos, no sólo a ti. Lo importante es entenderlo en positivo y afrontarlo con todos los recursos que tienes a tu alcance.