Coruñesa. Licenciada en Ciencias Económicas por la Universidade da Coruña (UDC), aunque de niña soñó ser periodista o arquitecta. Desde su primer trabajo, la trayectoria profesional de Marta Albela ha transcurrido íntegra en el sector financiero. Tras su paso previo por dos entidades, en las que trabajó en sus servicios centrales, en 2004 se incorporó a CaixaBank. En estos quince años pasó por cinco oficinas y dirigió una dirección de área de negocio hasta ser nombrada, en enero de 2018, directora comercial de Banca Retail en la Dirección Territorial de CaixaBank en Galicia. Entre las áreas bajo su responsabilidad se encuentran: particulares; banca premier, de clientes de valor; la red AgroBank, especializada en negocio agrario; comercios y autónomos; y, por último, pymes. Este jueves compartirá su experiencia con los asistentes a la segunda edición de las jornadas eWoman Coruña, un encuentro organizado por LA OPINIÓN e impulsado por CaixaBank que se celebrará en el Hotel Meliá María Pita.

¿Ha tenido alguna traba o alguna dificultad en su carrera por ser mujer?

En una de mis primeras experiencias profesionales, sí me sentí infravalorada por el hecho de ser mujer. Me asignaron a un departamento compuesto íntegramente por hombres, de cierta edad, que me relegaron a las tareas administrativas más básicas. Aguanté dos años, en los que en ningún momento se me permitió asumir ningún tipo de gestión comercial, así que la ilusión con la que empecé, se acabó apagando. Decidí entonces renunciar, dejar ese puesto fijo „mi madre me decía que me lo pensara bien„ y empezar de nuevo en CaixaBank. Llevo en mi empresa desde 2004, entré como empleada en una oficina y ahora mismo coordino 153 en toda Galicia.

Las mujeres todavía son minoría en puestos de dirección. ¿A qué cree que se debe?

Pues mi percepción es diferente. Somos cada vez más numerosas. Nos falta, eso sí, una mayor presencia en puestos de alta dirección, pero creo estamos a las puertas de vencer esa barrera. No obstante, cada vez contamos con más casos de mujeres ocupando altas responsabilidades directivas, que están abriendo camino para que, espero que en breve, seamos muchas más las que alcancemos estos puestos.

En el caso de la banca, ¿es un mundo principalmente de hombres ? ¿Ayuda a crear referentes a las niñas que haya mujeres que lleguen a presidir un banco como ocurre con Ana Botín?

Hoy en día, la banca es un sector diverso y plural, en el que la presencia de la mujer resulta más que evidente. Quien visite alguna de nuestras oficinas, comprobará que los equipos siempre están formados por hombres y mujeres. De hecho el 56% de la plantilla de CaixaBank en Galicia son mujeres. Y me vienen a la cabeza departamentos en los que la presencia femenina es mayoritaria. Desde luego que una referencia como la que comentas, ayuda; pero sin desdeñar esas figuras que son inspiradores, que una niña vea que su madre van creciendo profesionalmente, creo que es también un magnífico ejemplo.

¿Cree que el sistema de cuotas es adecuado para equilibrar la presencia de hombres y mujeres en las cúpulas directivas?

Yo soy más partidaria de que tus méritos, tu formación y tus competencias sean los que vayan elevando tu trayectoria profesional. Evidentemente si hay resistencias en determinados sectores, que no se puedan superar, pues es una opción a valorar; pero me parece más natural, más sano, que sea tu esfuerzo el que determine tu proyección. Además de que es garantía de que tu presencia en un puesto de dirección, el valor que puedes aportar a la empresa, sea sostenido y ofrezca mayor recorrido.

¿Qué medidas tomaría para fomentar que haya más mujeres directivas?

Pues lo que comentaba, fomentando la meritocracia, la igualdad de méritos como el criterio más eficaz de selección. No tengo dudas de que, a día de hoy, las mujeres estamos en condiciones de poder asumir cualquier responsabilidad de dirección. Además, las organizaciones que quieran caminar a la par de la sociedad y estar en sintonía con sus demandas, no pueden marginar el liderazgo femenino.

¿Dirigen equipos de diferente forma hombres y mujeres?

Cada uno aporta unas sensibilidades y unos rasgos propios. Históricamente, las posiciones de liderazgo han estado ocupadas por hombres, de modo que características más masculinas como competición, jerarquía o control eran las más valoradas. ¿Qué aportamos las mujeres al liderazgo? Un modelo más intuitivo, con un enfoque menos jerárquico, más horizontal. Y atributos como colaboración, empatía, sensibilidad, búsqueda de consenso... Son dos formas de gestión, de dirección, complementarias por lo que lo más enriquecedor para una organización es conjugar ambas.

¿Cómo ve el futuro en materia de igualdad y empleo?

Veo una corriente muy fuerte, muy determinada, que exige avanzar con claridad y sin grandes demoras en la igualdad. Por lo que creo que seremos testigo de grandes avances en los próximos años. El sector financiero es, probablemente, uno de los que más rápido está avanzando en esta tendencia y me gustaría que tuviésemos un efecto tractor sobre otros más rezagados.

¿Qué iniciativas lleva a cabo CaixaBank para fomentar la igualdad?

La más ambiciosa es Wengage, nuestro programa de diversidad para favorecer el talento y la igualdad de oportunidades. A través de Wengage impulsamos iniciativas tanto internas como externas que contribuyen a romper estereotipos, impulsar equipos diversos y divulgar el valor de la diversidad. En cuanto a esas acciones externas destacaría el Premio Mujer Empresaria, que este año, en Galicia, ha recibido Emma Lustres, ponente también del eWoman. O el programa de becas impulsado junto con Microsoft para animar la presencia de las mujeres en carreras STEM. Y, como no, este foro eWoman organizado por LA OPINIÓN.

Por último, ¿qué consejo daría a las niñas sobre su futuro laboral?

Pues el que les doy a mis dos niñas, de 6 y 8 años: que con esfuerzo y trabajo pueden alcanzar aquello que se propongan. Me esfuerzo por hacerles ver que no existen profesiones de hombres o mujeres, por lo que si algo les gusta tienen que lanzarse a por ello. Y aquí resulta clave la autoestima, afrontar la vida con seguridad, sin miedo. Me gustaría que ambas, de mayores, sean mujeres seguras de sí mismas, autónomas y valientes a la hora de tomar decisiones.