Asegura que nació con "un balón bajo el brazo y no un pan" y que desde bien niña supo que lo suyo era el fútbol. "He luchado toda la vida por poder jugar y demostrar que las mujeres también podemos estar ahí", explicó ayer Miriam Ríos, quien dejó claro que sus compañeros (jugó en varios equipos masculinos) siempre fueron respetuosos. "Los comentarios ofensivos los hacían los padres que venían a vernos", dice.