Desde bien pequeña le gustaba tumbarse en la hierba a observar el cielo y las estrellas, con los años se interesó por la física y terminó por cursar esta carrera y especializarse en Astrofísica. En la actualidad, Minia Manteiga es catedrática de Astrofísica de la Universidade da Coruña (UDC) e integra el equipo gallego que participa en la misión Gaia, la joya de la Agencia Espacial Europea (ESA), cuyo objetivo es realizar el primer mapa tridimensional de la Vía Láctea. El pasado jueves recogió el premio eWoman Coruña en la categoría de Trayectoria Profesional by CaixaBank, y se mostró "muy orgullosa" de recibir este premio en su ciudad.

En su discurso de agradecimiento comentó que estaban notando un descenso de esas vocaciones, y citaba, en concreto, el caso de la facultad de informática de la UDC. ¿Cómo se puede revertir esta situación?

Lo único que se me ocurre es seguir trabajando en explicar en los colegios e institutos las salidas profesionales que tienen las carreras STEM (científicas y tecnológicas) y en ello estamos trabajando desde varias facultades y escuelas de la UDC. En mi opinión, el problema con la aparente falta de vocaciones femeninas tiene que ser de tipo cultural, ya que es una realidad que en la educación preuniversitaria las chicas tienen resultados iguales o incluso mejores que los chicos en asignaturas como Matemáticas, Química, Física o Informática. Que vean en su entorno ejemplos de mujeres que están teniendo éxito en este tipo de profesiones ayuda a impulsar posibles vocaciones.

En su caso, ¿cuáles son esos referentes?

He tenido la suerte de trabajar, durante diez años, con Paris Pishmish, decana de la astronomía mexicana, fallecida en 1999, y a la que todos sus colegas, sin excepción, se dirigían como "maestra". Hizo contribuciones importantes en varios campos de la Astrofísica, pero sobre todo formó a las primeras generaciones de astrónomos mexicanos, en una labor que continuó ejerciendo durante casi 50 años. Hoy en día México es una potencia en astrofísica y la reconoce como la impulsora y artífice de este éxito.

¿Sin vocación, es imposible dedicarse a la ciencia?

Es muy difícil. La carrera del científico en España está llena de obstáculos y es muy larga. Existen becas para hacer una tesis doctoral, un primer paso que puede resultar hasta cierto punto sencillo, pero los contratos de trabajo que se pueden encontrar a continuación suelen ser temporales y bastante mal pagados. Para conseguir un puesto estable una vez finalizada la tesis doctoral suele ser necesario obtener experiencia postdoctoral en el extranjero durante varios años, y aún así no está garantizado que al regresar a tu país, con un buen currículum, con ideas y con ilusión, te vayan a dar un trabajo digno. Además, a esas edades la gente quiere formar una familia, si no la tiene ya, y hay que ser muy terco, muy vocacional, para no abandonar en el camino.

¿Qué consejo daría a las niñas que sueñan con dedicar su vida a la ciencia?

Les diría que hay intentar que el trabajo suponga cosas positivas en tu vida, que te divierta, que sientas que aporta algo a tus semejantes, que represente un reto que te haga crecer como persona y complemente el resto de facetas de tu vida. Si detrás de esas sensaciones hay una vocación por la ciencia, estupendo, el camino será largo y a veces duro, pero divertido y enriquecedor. Hay que lograr que las niñas se sientan igual de capaces de emprender ese camino que sus compañeros varones. Una buena manera de hacerlo es mostrándoles ejemplos de mujeres que lo hacen cada día, y en Galicia tenemos bastantes de estos ejemplos.