En un reportaje del imprescindible y austero Informe semanal (La 1) cuyo título ( Asignatura pendiente) remitía a una película de Garci y a miedos un poco pasados de moda, pudimos comprobar que lo que todos sospechábamos es cierto: la historia del Franquismo se explica mal y tarde o, sencillamente, no se explica. Que conste que lo mismo podríamos decir de Atapuerca o de la I República porque el hecho, tozudo como una mosca inmune a los manotazos, es que el estudio del tiempo perdido se considera una pérdida de tiempo. En todo caso, una de las estudiantes dijo en el reportaje de Informe semanal algo que debería enorgullecer a unos y poner los pelos de punta a otros: todo lo que sabía del Franquismo lo debía a la serie Cuéntame. Menuda responsabilidad para los guionistas.

No me parece mal aprender historia con Cuéntame, con Isabel, con Gladiador, con Quo vadis? o con Los Picapiedra, siempre y cuando acompañemos esas series y películas con un poco de estudio y reflexión. Es posible estudiar la filosofía de Sócrates viendo capítulos de Colombo, por ejemplo, porque el teniente desaliñado es un tábano que termina sacando de quicio a los asesinos a golpe de preguntas, preguntas y preguntas. Cuando parece que Colombo se va, siempre da la vuelta y formula una nueva y dolorosa (para el sospechoso) pregunta. Y cuando parece que Sócrates va a soltar a su presa, siempre levanta la cabeza y formula una nueva y dolorosa (para su interlocutor) pregunta. Al final, el asesino se desmorona y los que dialogan con Sócrates entienden que no sabían nada de nada. Lo mismo ocurre con los personajes de Cuéntame, pero así como el mundo de Sócrates es más amplio que el de Colombo, el universo del Franquismo fue infinitamente mayor y más terrible que el que surge de la vida de los Alcántara. Sí a Cuéntame, pero también al estudio de la historia en las escuelas.

La exhumación de Franco nos obliga más que nunca a responder la cruda pregunta que planteaba el filósofo Kant: "¿Qué recuerdo queda de los hombres aparte de una hora de trabajo del marmolista?". Eso que queda es la historia. Pero Colombo tiene más preguntas para Franco, y Sócrates tiene más preguntas para nosotros. Y las respuestas no están en Cuéntame.