A ver, ¿quiénes sois los que andáis viendo el programa de Alfonso Arús a primera hora de la mañana en La Sexta? Venga, cobardes, no os escondáis. Dad la cara. ¿Qué os pensabais, que podíais ver lo que os diera la gana sin ninguna consecuencia? Qué bonito. Ése es el principal problema que tenemos en nuestra sociedad. Que no nos damos cuenta de las consecuencias de nuestros actos. Que pensamos que podemos hacer lo que nos da la gana y luego ya vendrá papá a sacarnos las castañas del fuego. Pues no. Quiero nombres. Nombres y apellidos de cada espectador. Total, ¿qué mal podía hacer ver cuatro vídeos de porrazos sacados de youtube comentados por el calvo y su banda de cuarentones adolescentes mientras desayunamos?

Pues mucho mal. Muchísimo. La primera ley del karma asegura que aquello que le hagamos al universo, el universo nos lo devolverá multiplicado por cien. Aunque en este caso lo ha multiplicado por cien mil. Aruser@s está teniendo buenos resultados de audiencia a las nueve de la madrugada en La Sexta, y Atresmedia ha decidido que el showman que tiene más pelo que gracia dé el salto al prime time de Antena 3 los mismísimos viernes. Arusitys Prime, al parecer. En un par de semanas. Jamás podrían imaginar el contenido del nuevo espacio: vídeos de impacto sacados de redes sociales, tertulias desenfadadas sobre el corazón y sucesos, votaciones de los espectadores, alguna entrevista a algún famosillo...

Arús en el morning time es un pequeño grano en la espalda. Arús en el prime time es un gigantesco quiste purulento en la punta de la nariz. Y los responsables de esta difusión seborreica son los espectadores del Aruser@s actual. Que asuman su culpa, que nos pidan disculpas; en una palabra, que dimitan. Y que se aprendan la primera ley del karma televisivo, que asegura que aquello que le hagamos al mando a distancia, el mando a distancia nos lo devolverá multiplicado por cien.