Los alegatos iniciales de las acusaciones y la defensa son totalmente opuestos. Nada tiene que ver la noche de terror que describen la Fiscalía y el abogado de los padres de Diana, frente a la negativa de asesinato, secuestro y violación que esgrime la defensa. Todos ellos anunciaron su intención de probar a lo largo del juicio sus tesis, por lo que resultan claves los testimonios que presten testigos y peritos en los próximos días.

La fiscal Cristina Margalet, sostiene que la joven madrileña, que veraneaba en A Pobra con su madre y su hermana, fue raptada y metida en el maletero del Alfa Romeo de El Chicle totalmente indefensa, pues le quitó el teléfono móvil para que no pudiera pedir ayuda, y tras 25 minutos de viaje fue violada y asesinada en la nave de Asados, donde ocultó el cuerpo en un pozo a diez metros de profundidad. El abogado Ricardo Pérez, que ejercita la acusación particular, abunda en que Abuín Gey es, según los investigadores "un depredador sexual," y "un peligro para las mujeres". Espera probar que mató a Diana para ocultar la violación. "Quiso hacer lo que hizo, lo hizo a propósito y deliberadamente. La abordó en A Pobra, la incomunicó al quitarle el móvil y la trasladó a una nave abandonada buscando impunidad".

La defensora del turno de oficio, María Fernanda Álvarez, considera lo ocurrido homicidio involuntario. "No existió agresión sexual ni asesinato, no hay pruebas", manifestó al solicitar al Jurado que dejen a un lado la condena social del caso. Y_criticó el teorema matemático aportado por el Imelga que se admitió como prueba: "Es del siglo XVIII y se utiliza aquí por primera vez en la historia de la Justicia".