Los dueños de la nave de Asados, núcleo de Rianxo (A Coruña) en la que se encontró el cuerpo de Diana Quer, fue limpiada en 2016, en una fecha que no han podido concretar pero en todo caso posterior a la desaparición de la joven madrileña, cuyo rastro se perdió el 22 de agosto de ese mismo año.

Dos policías locales que han declarado como testigos en el juicio que se celebra en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago de Compostela, contra José Enrique Abuín Gey, alias el Chicle, han corroborado las quejas vecinales que motivaron tal requerimiento, porque el establecimiento estaba lleno de porquería.

Existía debido a ello el temor entre los lugareños de que al mismo accediesen los niños de la zona; no en vano, en este edificio, en su inicio una fábrica de gaseosas, después un negocio de muebles y en ese momento sin actividad y en venta, había tantos desperdicios en el suelo que no resultaba fácil andar por él sin tropezar con algo.

En su relato, los agentes de Rianxo han contado, a preguntas de la fiscal Cristina Margalet, que días antes de la desaparición de Diana, cuando el 1 de agosto hubo un primer registro por las protestas habidas, tuvieron que sortear muebles, obstáculos, cristales, somieres, colchones, zonas punzantes y cortantes y añadieron que incluso había un coche.

También huecos que tuvieron que ser tapiados, pues facilitaban la entrada.

La distribución del inmueble contempla una pequeña zona de oficinas, planta baja y sótano, con el famoso pozo, un silo cilíndrico al que se accede por una trampilla y al cual los efectivos no llegaron porque desconocían su existencia, detalle que ha sido facilitado en la sesión de este jueves.

Diana Quer salió el 22 de agosto de 2016 a una fiesta en A Pobra do Caramiñal (A Coruña), donde veraneaba con su madre, Diana, y su hermana menor, Valeria; una romería local de la que nunca regresó.

Su cadáver se encontró precisamente en el mencionado pozo el 31 de diciembre de 2017.

DURA RECONSTRUCCIÓN

La buceadora profesional Ana Ayuso, que realizó un simulacro de cómo José Enrique Abuín Gey alias El Chicle pudo sumergir el cuerpo de Diana Quer en el fondo del pozo de la nave de Asados en el que se encontró el cuerpo casi 500 días después de su desaparición, ha declarado este viernes que recuerda "perfectamente y con horror" esa dura reconstrucción.

El simulacro se realizó en un tanque de agua de características similares localizado en Cartagena, en la comunidad de Murcia, con esta mujer joven, que comparte rasgos físicos similares con Diana Quer y a la que lastraron con dos bloques de cemento como los que tenía atados el cadáver, equivalentes a dieciocho kilos.

La experta ha explicado en el juicio que se celebra en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago de Compostela, que tras la prueba, realizada en noviembre de 2018, se demostró que una persona a la que le atasen unos bloques de estas características "nunca podría salir a flote, es físicamente imposible".

"Era imposible que ninguna persona se zafara del cable y volviese a superficie con vida", ha insistido la buceadora.

Sin embargo, el autor confeso de la muerte de Diana Quer, en la jornada inicial de la vista oral por el crimen de esta chica madrileña, había testificado que cuando arrojó el cuerpo al silo cilíndrico en ningún momento éste se hundió y siempre se mantuvo a flote