Un estudio de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) confirma la relación entre el bricolaje y el cáncer de pulmón. En dicho estudio, que acaba de publicar la revista "Environmental Research", constatan que aquellas personas que realizan actividades como bricolaje, pintura, modelismo y restauración de muebles en su tiempo libre tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. En este estudio participaron catorce hospitales de las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Castilla y León y Madrid, así como un hospital de Portugal, a pesar de que la mayor parte de los participantes fueron gallegos. De entre los integrantes del estudio, 1.528 personas fueron diagnosticadas de cáncer de pulmón.

Los resultados de la investigación indican que las personas que hicieron este tipo de actividades durante diez o más años tienen el doble de riesgo de padecer cáncer de pulmón en comparación con las personas que no las realizaron. El riesgo aumenta entre las personas que dedicaron más tiempo a hacerlas, así a partir de siete horas semanales, el riesgo de padecer cáncer de pulmón es cuatro veces más alto. "El riesgo de cáncer pulmonar también es elevado y estadísticamente significativo en los nunca fumadores, teniendo estos últimos tres veces mayor riesgo de cáncer pulmonar si hacen estas actividades diez años o más en comparación con los que no realizan dichas actividades", afirman los autores del estudio. Todos los resultados tuvieron en cuenta el sexo, la edad de los participantes, el nivel de estudios, el consumo de tabaco y la exposición a radón residencial.

Este estudio es el más grande, en términos de participantes, de los realizados hasta la fecha en relación con la influencia de este tipo de actividades de tiempo libre y el desarrollo de cáncer de pulmón. Los autores de este trabajo ya habían publicado indicios de esta asociación, si bien los resultados obtenidos en este estudio confirman los hallazgos previos. Muchas de las sustancias empleadas en estas actividades son análogas a la otras empleadas en ocupaciones con mayor riesgo de cáncer de pulmón, tales como carpinteros, ebanistas, industria de la goma o del calzado, e implican la exposición a disolventes orgánicos, colas, pegamentos, barnices o polvo de madera.

Los autores destacan que la mejor manera de evitar el cáncer de pulmón es no fumar y en el caso de los nunca fumadores, saber si tienen niveles elevados de radón en su domicilio, si realizan actividades de bricolaje, pintura, modelismo o restauración de muebles o incluso otras en las que las exposiciones sean similares y hacerlas en lugares con buena ventilación empleando medidas de protección.

Este trabajo, financiado por varios proyectos de investigación competitivos, forma parte de la tesis de doctorado de María Lorenzo González, del programa de doctorado de Epidemiología y Salud Pública de la USC. El investigador principal del mismo es el profesor Alberto Ruano Raviña, coordinador del Grupo de Referencia Competitiva de la Xunta de Galicia en Epidemiología y Salud Pública.