La tercera sesión del juicio contra José Enrique Abuín Gey, El Chicle, que afronta prisión permanente revisable acusado del secuestro, violación y asesinato de Diana Quer en agosto de 2016, se centró en las declaraciones de quienes tuvieron contacto con la joven por última vez y de los feriantes que estacionaban sus camiones y caravanas en la calle Venecia de A Pobra, donde el Chicle asegura que estranguló a Diana al confundirla con uno de ellos cuando le sorprendió tras robar casi 40 litros de gasoil.

Ninguno de los nueve feriantes que declararon ayer notó sustracción alguna de combustible. Tampoco vieron ni oyeron nada aquella noche, si bien la mayoría seguía al frente de sus atracciones sobre las 02.30 horas, momento en el que desapareció Diana Quer, y no regresaron a sus caravanas hasta casi las 04.00 horas. El ambulante que en su día dijo haber oído una discusión de pareja, explicó al tribunal que no recordaba nada :"Acabé mi trabajo, me tomé unas cervezas y me fumé unos porros antes de ir a dormir a la furgoneta". Por su parte, el mariscador que encontró bajo el puente de Taragoña el teléfono móvil de Diana, negó haber intentado manipularlo o que lo hiciera otra persona hasta su entrega a la Guardia Civil.

El recorrido de siempre

La ruta que siguió Diana es otro de los puntos de controversia. El Chicle alega que no la acechó, sino que se la encontró en una zona oscura de la calle Venecia, pero los testimonios de las últimas personas que la vieron con vida la sitúan en el paseo del Areal, paralelo al otro vial pero con más iluminación. "Nos despedimos en el parque de A Pobra. Diana tenía frío y le dejé mi jersey. Estaba cansada, casi sin batería, y se iba a casa andando", explicó la última joven que estuvo con Diana Quer esa noche. Dos días antes la había recogido de madrugada con un amigo en su coche, cuando ya había recorrido el paseo del Areal y subía a su casa. "Cuando la vi marcharse, el día que desapareció, estaba sola. Serían las dos y veinte de la madrugada e iba en la misma dirección por el Areal, caminando hacia su casa y hablando por el móvil", apostilló. Al preguntarle si Diana buscaba wifi por la zona del Areal, la joven respondió: "Si, como todos los veraneantes que no tenemos en nuestras casas. La vi a la altura de la pizzería Mi Manda Picone", concluyó. Negó que Diana Quer fuera imprudente. "Era una adolescente como todas, nos da miedo ir por la calle pero es lo que nos toca", aseguró en su intervención.

Una menor, la última en verle

La última persona que vio a Diana Quer antes de su desaparición es una menor que pasaba en A Pobra las fiestas locales y que ayer declaró acompañada por su madre. Tenía que estar en su casa antes de las tres menos cuarto de la madrugada. "Estaba camino a mi casa con mi hermano y vi a Diana en la esquina de la pizzería Mi Manda Picone, sobre las dos y media. Estaba justo en la esquina, en la terraza, manipulando el teléfono móvil. Yo iba detrás, a unos cien metros. Iba a desviarme al callejón que va a mi casa y ella casi estaba a la altura de la antigua discoteca Boomerang", expuso la testigo.

También declaró por videoconferencia el joven de Madrid con quien Diana iba enviándose mensajes aquella noche. El último mensaje transmitía miedo: "Me estoy acojonando, un gitano me está llamando". El chico le preguntó: ¿Qué te dice? Ella respondió: "Morena ven aquí". El amigo explicó que le mandó otro mensaje y ya no respondió: "Me había dicho que tenía poca batería por eso no me preocupé. Creí que sería un chico que le dijo un piropo con dos copas".