Todo empezó en Bolonia, cuando dos editoras españolas se enamoraron del mismo libro infantil, el que había escrito el ilustrador extremeño residente en Milán Miguel Tanco, y que se había traducido ya a cinco idiomas. Ante el dilema de qué hacer, Luisa Ortigosa, de la editorial coruñesa Bululú, adaptó la obra al gallego, mientras que su competidora y amiga de la Editorial Libre Albedrío la traducía al castellano. Conta comigo, editada en siete idiomas, se presenta hoy en el Culturgal, en Pontevedra. "Es un libro sobre aquello que a cada uno nos mueve en la vida", explica Tanco, que ha ilustrado ya más de medio centenar de libros infantiles.

¿Cómo presenta su libro, Conta comigo?

Conta comigo es un álbum ilustrado, pero un poco diferente. Mi intención era hacer un libro sobre aquello que a cada uno de nosotros nos mueve en la vida, y transmitirles a los niños que la pasión por la música no es mejor que la pasión por la química, por ejemplo. Es un libro de ficción a la vez que didáctico porque a la protagonista le apasionan las matemáticas y ve el mundo a través de ellas. En las escuelas lo utilizan para transmitir esta materia de una forma menos fría a los niños.

¿Ha sido difícil transmitir esa visión del mundo a través de la ilustración?

Ha sido un reto porque las matemáticas no son visuales, son algo abstracto. He intentado mostrarlas a través de la geometría, de las tramas y de todos esos elementos que funcionaban tanto visual como narrativamente. La protagonista ve el mundo desde las matemáticas, las ve en las curvas de los toboganes y en los polígonos en el parque de juegos.

¿De dónde surgió la idea para escribir e ilustrar esta obra?

Yo doy clase a ilustradores, algunos de ellos muy jóvenes. Hubo un momento en el que empecé a ver que a algunos les faltaba fuego, eso que te sale de dentro, y que estaban allí sin ninguna motivación. Un día, abstrayéndome en la clase me acordé de todas las veces que, siendo pequeño, estaba aburrido en Matemáticas y me ponía a dibujar. Viéndolos a ellos pensé que quizás se aburrían porque querían hacer otra cosa en lugar de pintar. Me imaginé que esa gente se entretenía haciendo matemáticas, y de ahí surgió la idea para el libro, el tema principal, que es la pasión, lo que nos mueve, sea algo artístico o científico.

Hay pasiones más fáciles de comunicar que otras.

Mi mujer es abogada, y yo veo que tiene pasión por su profesión. La mía es el dibujo, y se entiende fácilmente al ver mis ilustraciones. Pero la suya es muy difícil de contar. El libro habla sobre aquello que nos motiva y que no siempre es fácil de explicar. A la protagonista del libro podría haberle apasionado el dibujo, pero sería demasiado obvio.

¿Usted siempre tuvo claro que era el dibujo lo que le motivaba en la vida?

Yo tenía una pasión por ilustrar, no por dibujar, pero al principio no encontraba mi sitio porque no sabía cuál era mi pasión. Yo siempre hacía dibujos que seguían una narración. Eran ilustraciones, pero yo no sabía lo que era una ilustración. Recuerdo crear historias con un mundo infantil siempre implícito. No fue hasta que fui mayor, con 28 años, cuando empecé a estudiar Ilustración. Una vez que empiezas con algo que te apasiona la pasión crece cada vez más. Entonces entendí que lo que yo deseaba era contar historias mediante los dibujos.

¿Cuál es su consejo para todos aquellos que todavía no lo saben?

Que ninguna pasión es mejor que otra, y que hay que probar muchas cosas antes de encontrar la verdadera. No hay que desanimarse. Una vez que la encuentren tienen que intentar mejorar y hacer lo posible para hacerla crecer. La pasión por lo que nos mueve en la vida siempre aumenta, sino no es verdadera.

Este es el sexto libro que escribe e ilustra. En sus obras habla de la familia, la responsabilidad o la sensibilidad. ¿Cómo les transmite estos valores a niños tan pequeños?

Creo que no es bueno entrar en la moral antes de entrar en la ficción. La propia ficción es la que te lleva a subelementos que inconscientemente tú has dejado en la historia. En mis obras trato de aislar y explorar las relaciones, sin motivación moral. Los valores surgen naturalmente.

¿Cuál es su fuente de inspiración como ilustrador?

Tengo una libreta de ideas y vivencias con dibujos que se me ocurren que tienen algo interesante pero no sé el qué. Todo está ahí. En mis dibujos hay un contraste entre el mundo infantil y el mundo adulto, y de ahí surgen muchas de mis ideas para dibujar.