El rastrillo. Hay chascarrillo en el rastrillo. La Navidad, siquiera ya su proximidad, su inminencia, desata las buenas intenciones, los buenos deseos, el buen rollo. En el rastrillo suelen ser protagonistas, además de las buenas intenciones, las señoras de la alta sociedad, esto es así. Algún famoso cae siempre, baila unas sevillanas, se pone un delantal. Pero nadie esperaba que saltase el cuento. El cuento de la famosa polémica y el político polémico. Y, sin embargo, ahí estaban, ella y él, imbuidos en el ambiente, objetivo de las cámaras, epicentro de los comentarios. De ji ji, ja ja. La famosa niega la mayor. Ni nos conocemos. Coincidimos. El pueblo me ama, me sigue. Me piden fotos, autógrafos. No hago distingos. Con el citado, nada. Un coindicir. Pero ella, que otrora bebía los vientos (o eso decía) por otro líder, hoy ciudadano de a pie, acaba la jornada con un sonoro ¡Que viva España! A buen entendedor. Pobre rastrillo. Todo ahí metido, la baja y la alta, lo rosa y lo negro, en el barrillo del famoseo. Qué cruz.

Sexo, mentiras y cintas de video. Una Cantora. Que no es villa Pantoja, pero se llama igual. Menuda idea. Lo que le faltaba a Isabel, más tensiones a la mesa ahora que Kiko ha invitado para Nochebuena a Omar, el ex de Isa P. Un supuesto examigo de la hija de la princesa del pueblo. Un comunicado público oficial de la casa real desvinculándose. Una modelo rusa. Un ciberengaño. Unos famosos caídos en la red. Un vídeo subido de tono. Un sospechoso que niega ser la cantora y a su vez denuncia al dedo influencer acusador. Una familia conocida implicada, a decir de algún reportero. Sexo, mentiras y cintas de vídeo. No caben más ingredientes. Es el caso de moda. Lo ñoños que nos ponemos cuando comemos helado y saltan escándalos como este. A ver si canta. La Cantora. Y Maribel también, en Nochebuena.

Los puntos. El 1 de julio de 2006 entraba en vigor el permiso de conducción por puntos. La DGT pretendía fomentar la seguridad vial. También entre los famosos. Pero los famosos son muy suyos. Se empieza con doce puntos de saldo y se puede llegar a tener quince, o perder algunos, o todos. Amador lo hizo. Se quedó sin puntos. Quiere volver a ponerse al volante. Chipiona no es muy extensa (no llega a 33 kilómetros cuadrados ), pero no es plan. Amador lo intenta, no ceja. Pero va por el cuarto intento. Lo de Amador es por la racha, el mal fario. Lleva un tiempo (largo) que no levanta cabeza. Ni se anota puntos. El pobre.

El pañuelo. El Maestro Joao, que como todo el mundo sabe es muy emotivo, todo emotividad, moco tendido, regaló a Rocío Flores un pañuelo usado por su abuela. Kiko Jiménez, que es el ex de Gloria Camila, tía de Rocío, rompió el momento emotivo. Él también quería tener un detalle con la chica. Bueno, con ella no, con Gloria. Quería emular la entrega de Joao. Así que, ni harto ni perezoso, le llevó el pijama. Hay dos pijamas célebres en este país. El pijama de Belén Esteban, morado, con estampado felino y afelpado, y el pijama de Gloria Camila, de raso y a rayas. El pijama de Gloria es famoso porque se lo puso su sucesora, Sofía Suescun. Ro rechazó la entrega, claro. Gloria hace tiempo que renovó su colección y Ana Rosa, que está en todo y es una señora, sentenció: Lo del pijama me parece de una mala educación... Una cosa horrorosa, una grosería. De poca hombría. El pijama, actualmente, está en paradero desconocido.

La novia medieval. La bigamia (estado de la persona que contrae matrimonio estando vigente otro anterior) es delito en España. Por eso María Jesús no podrá casarse el próximo 31 de diciembre. Por mucho que sea en secreto, a la luz de las velas y en una cueva y luego ya si eso la exclusiva. María Jesús, que va de guatemala a guatepeor, tiene un novio que ya está casado. Lo que viene siendo bigamia. Aquí y en Mediaset. Ella puso cara de sorpresa, sorpresa cuando habló con la señora esposa de su futuro esposo en vivo y en directo. Son cosas que les pasan a los famosos que participan en un reality show. Los focos y las cámaras se les quedan pegados, adheridos a la piel, los llevan siempre puestos y ya todo les pasa para fuera. Dicen que igual la sorpresa tampoco era tanta. Ella, la miss, insiste en que estaba ya con el ajuar y que el vestido para la ceremonia iba a ser de estilo medieval. Por las velas, y las cuevas, por el ambiente, se supone. Pero ese dato, justo ese, es el que más ha hecho recelar a sus allegados. María Jesús una vez dijo una cosa y luego se desdijo, o varias. Y por estos lares crías fama y cardas la lana. Para tejer vestidos medievales. O vestir santos, que diría Tamara, la chef. Cualquier cosa.