Miles de personas, medio millón según Ecologistas en Acción „15.000 según la Policía Local„ inundaron el principal eje de circulación del centro de Madrid, el que discurre desde Atocha hasta el Paseo de Castellana, desterrando a los vehículos con la multitudinaria Marcha por el Clima, la manifestación convocada por plataformas ecologistas ante la "emergencia climática" coincidiendo con la Cumbre Social por el Clima (COP25). Entre todos los miles de asistentes destacó la joven activista sueca Greta Thunberg, que se sumó a la manifestación tras cruzar el océano Atlántico en catamarán durante tres semanas desde Estados Unidos y recorrer en tren la distancia que separa Lisboa con Madrid. A pesar de su deseo de participar en la marcha y la expectación que había generado su presencia, la joven tuvo que renunciar a la manifestación por cuestiones de seguridad y acudir directamente al escenario final a pronunciar un discurso.

"Tenía muchas ganas de estar en la marcha, pero es una cuestión de seguridad", lamentó Thunberg antes de subirse a un vehículo eléctrico, poco después de llegar a la manifestación en el bloque donde se apelotonaban los jóvenes de Fridays For Future, el movimiento internacional que inspiró la adolescente sueca. "Los líderes políticos nos están traicionando y no vamos a dejar que eso siga sucediendo, que se salgan con la suya. Decimos: Basta ya, el cambio viene os guste o no. No tenemos otra opción", sentenció Thunberg en la Plaza de Nuevos Ministerios, donde terminó la marcha climática.

Una hora después de que la joven se dirigiese directamente al escenario, la marcha todavía atravesaba la plaza de Cibeles, con la estatua de la diosa iluminada de verde. "Estamos hasta los pulmones de tantas emisiones", se coreaba al cruzar este céntrico enclave donde se encuentra la sede del Ayuntamiento de Madrid, al que se dirigieron abucheos por ser "un enemigo del clima", según el portador de la megafonía que encabezaba la manifestación.

Entre los miles de asistentes se contaban muchísimas familias con niños que también enarbolaban pancartitas. La pachamama no se mata, se leía en letra infantil en la de una niña. Otros recorrieron el itinerario en carritos. Incluso se les vio desafiar a la ley de la gravedad, como los dos pequeños que se descolgaron con cuerdas y arneses (y supervisión adulta) del puente de Rubén Darío para desplegar una gran pancarta. No tenían ni diez añitos y su valor fue premiado con la ovación de la multitud.

En ese pelotón que se ensanchó al entrar en el Paseo de la Castellana destacaban los cánticos de dos niñas, Lucía y Naiara, hermanas que acudieron a la manifestación con sus padres. "Vuestro egoísmo mata nuestro futuro", coreaban, animando a quienes se encontraban a su alrededor. Estas activistas por el clima, que se sienten "muy identificas" con Greta Thunberg, recalcaron que en el colegio les enseñan a respetar a la gente, "pero no tanto a respetar el medio ambiente".

José Manuel sí considera que los niños ahora están "mucho más concienciados que antes", si bien acudió a la movilización con sus hijos porque hay que "seguir actuando" contra el cambio climático y "tienen que seguir dándose cuenta de que está causa es muy importante". A su lado estaban sus hijos y otros niños, hijos de unos amigos, gritando con poderío "No hay planeta B" y "ni un grado más, ni una especie menos".

Los jóvenes y adolescentes formaban otro de los gruesos de la multitudinaria protesta. Eran los más ruidosos en consignas, en competencia con la delegación suramericana. Chile fue protagonista en la manifestación madrileña: a los representantes del país organizador de la COP25 que acoge España se les reservó una posición destacada en la marcha, a la que han traslado el malestar social que hizo cambiar la cumbre de continente. "España, en Chile matan gente", gritaron los llegados del país austral con pancartas que tildaban al presidente chileno, Sebastián Piñera, de "asesino como Pinochet". Detrás de ellos, un grupo de bolivianos extendían una gran wiphala, la bandera indígena del país andino, para denunciar la situación política en su patria.

En la larguísima manifestación, que recorrió casi cinco kilómetros guiada por una pancarta con el lema "El mundo despertó ante la emergencia climática", asistieron activistas ecofeministas, organizaciones ecologistas tradicionales y ONG, sindicatos y representantes de partidos políticos como Unidas Podemos, Ciudadanos, Más País y Equo.

En la Marcha por el Clima también se registró algún incidente. La Policía Nacional dispersó a una docena de encapuchados, vestidos de negro, que se habían infiltrado en la manifestación. Algunos lanzaron objetos a la altura del Museo del Prado en el Paseo de Recoletos.