Patricia Ramírez, la madre del pequeño Gabriel Cruz que fue asesinado en febrero de 2018 en Níjar (Almería), solicitó que se active una pulsera de control para D.M.F.A., el hombre condenado por acosarla y que llegó a estar detenido durante la búsqueda del menor, ante su inminente salida de prisión tras haberle sido concedido un permiso por Navidad de tres días, según detalló la afectada.

En un comunicado, Patricia Ramírez confesó sentir "miedo" ante la medida dado que "durante meses su acoso fue muy intenso, llegando a dormir en las inmediaciones de la casa" por lo que reclamó que se adopte la medida de protección antes de su salida, prevista, según añadió, hoy. "Creo que debe de salir controlado y con las medidas de evaluación necesarias" agregó, antes de insistir en los "dos años" en los que vivió "una situación de miedo difícil de sobrellevar que en estos momentos podría volver a reproducirse".