Galicia registra el doble de muertes por caídas fortuitas que en accidentes de tráfico, y se sitúa a la cabeza de España en fallecimientos por esa causa, solo superada por Andalucía, que se incrementaron casi un 130% en una década, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2018. Ese año se contabilizaron en la comunidad gallega un total de 396 fallecimientos por esa causa, frente a los 162 decesos que se produjeron en las carreteras, a los que habría que sumar casi una treintena de muertes más (27) por otros "siniestros de transporte".

Nueve de cada diez víctimas gallegas de las caídas accidentales -la primera causa de muerte por "motivos externos" en Galicia, por delante, incluso, de los suicidios (que aunque el año pasado disminuyeron un 15%)- superaban los 65 años, y la franja de edad en la que se contabilizaron más decesos es, según el INE, la situada entre los 85 y los 89 años: un total de 106. Del total de fallecidos por esa causa, 206 eran hombres y 190, mujeres. En el último año contabilizado por el INE, ningún menor de 15 años perdió la vida en la comunidad gallega al golpearse tras resbalar o tropezar.

A Coruña es la provincia gallega que registra más muertes por caídas accidentales, un total de 145 en 2018, seguida de cerca por Pontevedra, con 129. A bastante distancia se sitúan Lugo, con 70 fallecimientos por esa causa el año pasado, y Ourense, con 52. La provincia coruñesa es, además, la tercera de España con más decesos de ese tipo, solo por detrás de Barcelona (244) y de Asturias (196).

La elevada mortalidad por caídas fortuitas, principalmente en adultos mayores, no es, sin embargo, un problema exclusivo de la comunidad gallega. Desde octubre de 2012, la Organización Mundial de la Salud (OMS) viene alertando de que ese tipo de accidentes son "un importante problema mundial de salud pública".

La OMS calcula que, cada año, se producen unas 424.000 caídas mortales, siendo la segunda causa mundial de fallecimiento por lesiones no intencionales, por detrás de los traumatismos causados por el tránsito. Estima, además, que más del 80% de esos decesos se registran en países de bajos y medianos ingresos, y que más de dos terceras partes se producen en las regiones del Pacífico occidental y de Asia sudoriental, y confirma que las mayores tasas de mortalidad por esta causa corresponden, en todo el mundo, a los mayores de 60 años.

El organismo sanitario internacional alerta, también, de que cada año se producen 37,3 millones de caídas que, aunque no sean mortales, requieren atención médica y suponen la pérdida de más de 17 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD). La mayor morbilidad corresponde a los mayores de 65 años, a los jóvenes de 15 a 29 años y a los menores de 15.

Ante este panorama, el organismo sanitario internacional hace especial hincapié en la importancia de desarrollar programas de prevención de las caídas en los ancianos, dirigidos a identificar y modificar los riesgos, con medidas como el examen del entorno donde viven; intervenciones clínicas, como el examen y modificación de la medicación, el tratamiento de la hipotensión, la administración de suplementos de calcio y vitamina D o el tratamiento de los trastornos visuales corregibles; evaluación del domicilio y modificación del entorno en casos con factores de riesgo conocidos o antecedentes de caídas; prescripción de dispositivos asistenciales apropiados para paliar los problemas físicos y sensoriales; fortalecimiento muscular y ejercicios de equilibrio prescritos por profesionales sanitarios con formación adecuada; o programas grupales comunitarios que pueden incorporar componentes como la educación para prevenir las caídas y ejercicios del tipo del taichi o de equilibrio dinámico.