Un nuevo trabajo desarrollado íntegramente en el Centro Singular en Química Biolóxica en Materiais Moleculares de la Universidade de Santiago (CiQUS) por el investigador Nacho Insua permitió diseñar moléculas que se ensamblan en varias dimensiones y forman láminas nanométricas, capaces de percibir su entorno e interaccionar con él. De ello informó la USC en un comunicado, en el que explicó que la investigación muestra por primera vez un nuevo mecanismo secuencial, en el que pequeños péptidos siguen un ensamblaje ordenado en diferentes dimensiones.

"En un primer momento los péptidos se ensamblan en una dimensión (1D), dando lugar a tubos nanométricos que, más tarde, forman láminas en dos dimensiones (2D", indicó la universidad, que detalló que como resultado de este proceso se obtuvieron láminas gigantes (micrométricas) de espesor nanométrico, también conocidas como nanoláminas.

La institución compostelana señaló que el trabajo se publicó recientemente la revista Journal of the American Chemical Society, que escogió este trabajo como portada.

La USC indicó que el trabajo se publicó recientemente la revista Journal of the American Chemical Society, que escogió este trabajo como portada. Y es que, conforme la universidad, la estructura de las moléculas esconde el libro de instrucciones que contiene la información sobre su sistema de auto-ensamblaje; o lo que es lo mismo: el modo en el que estas deben comportarse para que, una vez ordenadas, ciertas moléculas individuales den lugar a superestructuras definidas mucho más complejas.

Las moléculas pueden presentar zonas complementarias de unión, que dirigen este auto-ensamblaje de forma similar a como lo hacen las distintas formas que se aprecian entre las piezas de un puzzle. Se trata de un fenómeno que confiere estructura a las moléculas.