Los fumadores tienen un riesgo significativamente mayor que los que no fuman de padecer complicaciones tras una cirugía, las cuales incluyen problemas cardiacos y pulmonares, infecciones y retrasos en cicatrización de heridas, según un estudio llevado a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Universidad de Newcastle, Australia y la Federación Mundial de Sociedades de Anestesiólogos (WFSA). De hecho, aquellos que dejan de fumar aproximadamente semanas o más antes de someterse a una intervención quirúrgica tienen un menor riesgo de complicaciones.