Investigadores de la Universidade de Santiago han descubierto que la contaminación ambiental ya afectaba a la vida de las personas hace 2.000 años, como revela el análisis de esqueletos de la época romana y medieval en el noroeste de la Península. La minería y la metalurgia masivas de esos siglos se refleja en los huesos de quienes vivieron esos años, aseguran.