Solo 30 niños de un total de 367 acudieron ayer a clase en el colegio Frei Luis de Granada, en Sarria (Lugo). Los padres de los pequeños rechazan llevar a sus hijos desde el pasado lunes por el estado en el que se encuentra el inmueble, "totalmente apuntalado" debido a las obras. Un informe de la empresa que gestiona las obras advertía de los riesgos presentes en el centro, como posibles caídas de cristales y fragmentos de la fachada.

Los padres piden a la Xunta que reubique a sus hijos en otros colegios y desde la consellería proponen que los menores den clase en una zona del colegio sin grietas.