Nacida en el municipio lucense de O Corgo hace 84 años, Benedicta Sánchez „ahora reconocida con el Goya a mejor actriz revelación„ abandonó muy pronto su tierra natal. Con solo 17 años se casó y se trasladó con su marido hasta Río de Janeiro, donde compaginó su trabajo en un bar con otro en una librería. Años después decidió separarse ya que tenían "visiones muy diferentes de la vida". "Él decía que como yo era menor que él, no era dueña de mí, que no podía viajar ni hacer nada, creía que la chica tenía que estar bajo la tutela del padre y después de su marido, siempre un hombre, y yo no quería eso; cuando se abrió la jaula, aunque fuese de oro, yo no quise volver", aseguraba esta misma semana Benedicta.

Llegaron entonces años muy felices, en los que Benedicta Sánchez fue fotógrafa y consiguió un pasaporte para viajar con un grupo de amigos a los que les unían el amor por la naturaleza y el alpinismo. De hecho, su visita al Festival de Cannes no fue la primera que hizo a la ciudad francesa: desde su puerto había partido el transatlántico que la llevó de vuelta a su amado Río de Janeiro tras haber recorrido Europa, Oriente Próximo y Oriente Medio con la mochila a la espalda.

La vida, sin embargo, la llevó de vuelta a su O Corgo natal, en un clima que no es el suyo, ya que siempre le gustaron el trópico, el calor y el mar. Eso sí, se siente muy aferrada a este lugar. "Galicia es mi tierra, es como una madre", indicaba.