En las últimas semanas, el temor al coronavirus de Wuhan ha generado la alerta en el planeta entero. Instituciones sanitarias se han apresurado a proteger a la población ante una amenaza que se probó mortal... pero que está lejos de ser uno de los virus más mortales de la humanidad.

En otros momentos, el ser humano ha estado mucho más amenazado por otros virus que han causado elevadísimas cantidades de muertes, bien de forma global o en algunos casos localizada. La medicina ha avanzado notablemente para atajarlos, pero en ocasiones esto ha supuesto una enorme dificultad.

1. Viruela

Considerada erradicada en 1980, ya únicamente supone una amenaza en caso de ataque biológico. Sin embargo, años atrás e incluso en pleno siglo XX causó cientos de millones de muertes. Probablemente ninguna enfermedad haya causado más pérdidas humanas.

El virus se contagiaba entre humanos por contacto directo o indirecto, teniendo la particularidad de que no existía contagio desde otros animales. Entre sus síntomas, destacaban las erupciones en la piel, las altas fiebres e incluso las hemorragias en sus tipos más graves. La ausencia de una cura para la viruela hizo que la vacunación fuese clave para acabar con la amenaza.

2. Gripe

Una amenaza que aún sigue vigente por su constante capacidad de mutación, que hace que adopte distintas formas con mayor o menor capacidad letal. Todos los años miles de personas mueren a causa de ella (y otras muchas enferman dando lugar únicamente a sus síntomas más leves y habituales).

Algunas de sus variaciones se han demostrado especialmente mortíferas, como la gripe española que causó cientos de miles de muertes justo hace un siglo, o más recientemente la gripe A, con algo menos de 20.000 fallecimientos estimados hace una década pese a los esfuerzos científicos y económicos que se hicieron para frenarla.

3. Ébola

Peligroso por su alta tasa de mortalidad y por su gran capacidad de contagio a través de fluidos corporales, ha tenido diversos brotes a lo largo del último medio siglo. No fue documentado hasta 1976 en Zaire y Sudán (actualmente, República Democrática del Congo y Sudán del Sur) y tiene en África el origen de la mayoría de sus casos.

El más mortífero de sus brotes se dio entre 2014 y 2016 con más de 11.000 fallecimientos (la mayoría entre Liberia, Sierra Leona y Guinea) y que llegó hasta España con la muerte de dos misioneros y el contagio de la enfermera Teresa Romero, que se recuperó, pero acabó causando el sacrificio de su perro Excalibur.

4. Sida

La infección causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y que ha causado casi 40 millones de muertos desde su descubrimiento a principios de los años 80 y durante años fue considerada una de las mayores preocupaciones de la humanidad en materia sanitaria.

Actualmente el tratamiento con antirretrovirales ha avanzado enormemente, de tal forma que en aquellas zonas en las que los afectados pueden recibir una buena asistencia se ha conseguido alcanzar unas tasas de mortalidad muy bajas. Sin embargo, la amenaza sigue existiendo, especialmente en zonas del planeta menos favorecidas.

5. Dengue

La OMS estima que se producen unos 100 millones de casos nuevos cada año en todo el planeta. La mayoría de los casos no son mortales (en condiciones normales, sólo lo es su variedad más severa de las cuatro conocidas), pero el calentamiento global está propiciando que el mosquito que lo provoca siga dispersándolo.

El sistema inmunitario responde ante la transmisión de este virus y origina los síntomas de la enfermedad, que son similares (con mayor o menor gravedad) a los de la gripe. Afecta con especial incidencia en niños.