El Ministerio de Sanidad confirmó ayer viernes un caso positivo de coronavirus en La Gomera, según adelantó el Centro Nacional de Microbiología. El paciente se encuentra ingresado y aislado en un centro hospitalario de la isla. Este caso positivo procede de una de las cinco personas que ya estaban ingresadas y en observación durante las últimas horas, tras haber estado en contacto en Alemania con un paciente infectado. El coronavirus deja ya 213 muertos y más de 9.700 afectados de todo el mundo.

Mientras, aliviados y emocionados se mantuvieron durante todo el día de ayer los familiares de los españoles repatriados de Wuhan, a la espera de conocer cuándo los podrán visitar en el Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid, donde pasarán una cuarentena de 14 días para descartar que el letal coronavirus haya entrado en España. Los españoles, entre ellos el arousano Salvador Abalo, llegaron poco antes de las siete de la tarde a una blindadísima Base Militar de Torrejón de Ardoz en un vuelo fletado por el Reino Unido desde la localidad Wuhan que hizo una escala en territorio británico.

Las noticias de las autoridades llegaban a cuentagotas a los allegados de estos españoles al que el virus enclaustró, hace ya una semana, en sus casas de Wuhan. "No creo que nos dejen verlos hoy", reconocía resignada pero satisfecha Elena Abreu, mujer de Oliver Cuadrado, uno de los repatriados en un avión que aterrizó en Madrid tras más de 17 horas de vuelo.

"He hablado más con mi marido estos días que en todo el tiempo que llevamos juntos", proclamaba orgullosa Carmen Trompeta, esposa de Pedro Morilla, director deportivo del Wuhan Shangwens y uno de los 19 españoles llegados desde China para escapar del coronavirus que ha dejado ya más de 200 muertos y 10.000 infectados.

Todos estarán aislados, pero podrán recibir la visita de sus familiares cuando lo autorice el Gobierno, en la planta 17 del Hospital Militar Gómez Ulla, dos pisos por debajo del búnker habilitado en 2015 para combatir enfermedades tan contagiosas como el ébola.

Carmen Trompeta espera ahora paciente junto a su hijo recibir noticias para saber cuándo puede ver a su esposo tras días de incertidumbre y desasosiego instalada en Granada donde trabaja. "Hemos estado muy nerviosos, pero ya vemos la luz al final del túnel", añadía antes de revelar ya relajada que lo que más le apetece ahora es llevarle a Pedro Morilla "un cocido madrileño" de su madre. "En cuanto pueda me cojo el AVE y me planto en Madrid", comentaba por teléfono animada.

Con el mismo talante de alivio reconocía Rocío Maldonado las ganas que tienen en su casa de Sevilla de abrazar a su hermano José Antonio, otro de los deportistas atrapados hasta la noche del pasado jueves en Wuhan. Al igual que el resto de los familiares de los españoles repatriados ayer viernes, Rocío se siente más tranquila tras vivir días de angustia al lado de sus padres, Manuel y María de Carmen, que desean encontrarse con su hijo lo antes posible.

No pudo ser ayer, porque la mayoría de los allegados del equipo deportivo reside fuera de Madrid y tiene aún dudas acerca del protocolo activado por el Gobierno de España para las visitas en el Hospital Gómez Ulla, tomada ayer una de sus tres entradas por curiosos, cámaras de televisión y periodistas.

Hasta mañana tampoco se trasladará desde Sevilla al hospital Mónica Nicolás, mujer de Manuel Vela, desbordada y agradecida por el apoyo y las muestras de cariño recibidas durante los últimos días.

"Hemos pasado mucho miedo", admitía mientras esperaba la llamada de Vela, con el que ha estado en contacto permanente. El avión fletado por el Reino Unido desde Wuhan con 120 pasajeros hizo una primera escala en un aeródromo militar del Reino Unido para dejar a los ciudadanos británicos y retomar poco después el vuelo hacia Madrid.

"Me acaba de decir Oliver que pronto saldrán para España", comentaba eufórica poco después de las tres de la tarde Elena Abreu, mujer de Oliver Cuadrado. La visita a su marido también puede esperar, reconocía, "porque aún no nos han confirmado que podamos estar con ellos", añade resignada pero satisfecha porque sabe que "pronto" le podrá abrazar.

En la capital británica, a petición de las autoridades londinenses y chinas, subieron a la aeronave tres médicos y una enfermera españoles para acompañar a los repatriados en el viaje de vuelta hasta la Base Militar de Torrejón de Ardoz.

La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, recordó que hay "cientos de ciudadanos españoles" que están en otras zonas de China y que están siendo acompañados y atendidos por las autoridades consulares y la Embajada Española en China. Además, informó de que, "de momento", los diplomáticos españoles se van a quedar en el país asiático, al igual que los del resto de países de la Unión Europea. "No hay motivo para el pánico. Quiero mandar un mensaje de tranquilidad porque los ciudadanos españoles que están en China prestando sus servicios en el exterior lo van a seguir haciendo con normalidad, si bien siempre siguiendo las consignas que nos da el Ministerio de Sanidad, la Organización Mundial de la Salud y las autoridades comunitarias", recalcó la ministra.

Respecto a que la OMS haya declarado el brote de coronavirus como una emergencia sanitaria internacional, González Laya aseguró que al Gobierno presidido por Pedro Sánchez le ha parecido "bien", ya que lo que "más preocupa" es que el coronavirus se extienda a países que tienen una capacidad "muy débil" para luchar contra el virus.