El Servizo Galego de Saúde (Sergas) asegura que la instrucción sobre el "uso adecuado" de los tablones de anuncios en los centros sanitarios "no tiene que ver con ningún centro en particular". Así lo indicaron fuentes de la Consellería de Sanidade a Europa Press, y explicaron que con la instrucción "sobre el uso adecuado de los espacios públicos y de los tablones de anuncios en los centros sanitarios" las "prácticas que se quieren evitar son aquellas que no se ajustan a las debidas condiciones de limpieza y cuidado de las instalaciones", o bien "pueden resultar injuriosas u ofensivas para determinadas personas, colectivos o instituciones".

Para conseguir la primera finalidad, concretó Sanidade, "en todos los centros públicos" del Sergas "existirán uno o varios tablones oficiales de anuncios o espacios habilitados para estos usos". "Las secciones sindicales de los sindicatos más representativos y los que tengan representación en el comité de empresa y juntas de personal tendrán a su disposición un tablón", señaló.

Cuestionada sobre esta medida, la diputada del BNG Montse Prado acusó ayer al Sergas de practicar una "censura pura y dura" para "imponer el relato" de que Galicia tiene "la mejor sanidad posible" en lugar de "acallar las críticas poniendo más medios y profesionales". "En lugar de dar respuesta y atender a las demandas de los profesionales, a Núñez Feijóo lo único que se le ocurre es crear un pin sanitario, una auténtica orden de censura que amordazarlos", apuntó la diputada del BNG durante un reparto informativo "en defensa de la sanidad pública" frente al Hospital Clínico de Santiago.

En la misma línea, la coordinadora nacional de Esquerda Unida, Eva Solla, acusó a la Xunta de "cercenar" la libertad de expresión y opinión de los trabajadores de la sanidad pública. La también diputada de Común da Esquerda tachó de "inconcebible" la decisión del Sergas, que, a su juicio, "evidencia el miedo a perder las elecciones" del PP de Alberto Núñez Feijóo, cuya gestión de la sanidad pública es, para Solla, "el elemento central de la pérdida de credibilidad" del Gobierno gallego.