Reconvertir el pelo que pierde una mascota en unos calcetines, unos guantes o un original bolso. Esto es lo que hacen las hilanderas de Cabanas Rural Asociación de Mulleres que desde hace varios años transforman el pelo de perro en hilo para tejer todo aquello que se quiera y que bajo encargo elaboran la prenda que se quiera con lana de nuestra mascota. "Es algo que suele llamar la atención, pero la verdad es que el proceso es exactamente el mismo que con la oveja, por ejemplo, que es el animal más común a la hora de obtener lana", explica Mari Rodeiro, secretaria de esta asociación que fue una de las entidades que participaron el pasado 25 de enero en el Encontro Multilabores que se celebró en A Coruña y que reunió a cerca de mil participantes.

La idea surgió precisamente en uno de los encuentros de hilanderos que cada año organiza esta asociación coruñesa. "Vino una chica rusa, pero afincada en España, que nos contó cómo en su país utilizaban pelo de animales diferentes para hacer hilo: desde perro a oso, lobo...", explica Rodeiro, quien indica que, a partir de ahí, a alguien de la entidad "se le ocurrió que le gustaría tener alguna prenda hecha con pelo de su mascota". Y así es cómo probaron y se dieron cuenta de que el proceso „totalmente artesanal„ desde que se obtiene el pelo hasta que se convierte en hilo para calcetar es similar sea cual sea el origen del pelo animal. "De hecho hasta podría hacerse con pelo nuestro", bromea Rodeiro.

El proceso, eso sí, es largo y laborioso. Solo para lograr unos calcetines con el pelo de nuestro perro se precisarán al menos unos cinco o seis meses de espera. Lo primero es obtener la cantidad suficiente de pelo para poder obtener hilo o lana de perro. "Lo mejor es utilizar el pelo que se le cae al peinarlo, no el cortado en la peluquería porque este último es más duro y al final hace que la prenda pique. Se puede utilizar el cortado, pero es mejor el otro", indica Rodeiro, quien explica que la primera dificultad es conseguir la cantidad adecuada. "Para unos simples calcetines se precisan entre 300 y 400 gramos y aunque puede parecer que tenemos mucho por su volumen, realmente no pesa nada", sostiene.

"Una vez se tiene la cantidad necesaria se somete al mismo proceso que si fuera de oveja u otro animal", explica Rodeiro, quien recuerda que en Cabanas Rural Asociación de Mulleres se realiza todo de forma artesanal y con la misma maquinaria que antiguamente. El pelo se lava, se deja a secar, se procede a escarmenar (desenredar y separar cuidadosamente a mano las fibras) para después proceder al hilado. "En este caso lleva más tiempo de lo habitual porque el pelo de perro no tiene una característica que sí tiene la lana de oveja, esa grasita que la hace más melosa y por tanto es más difícil el hilado con pelo de mascota", indica esta hilandera coruñesa.

Para poder presumir de unos guantes, unos calcetines o un cuello hecho con pelo de nuestro perro se precisa que el animal sea de pelo largo. "Siempre que no lo tenga muy corto sirven prácticamente todos aunque claro si es un perro de aguas se obtiene mucho mejor", indica Rodeiro, quien explica que en función del tipo de perro y su pelo "el resultado va a ser una prenda más suave que la lana o al contrario".

Sobre las diferencias entre unos calcetines tejidos con pelo de perro o lana de oveja, estas hilanderas coruñesas aseguran que apenas se aprecian. "Estos calcetines de pelo de perro abrigan muchísimo también", sostiene Rodeiro, quien reconoce que no los ha probado y por tanto no sabe si tienen la misma capacidad "aislante" que los de lana.

Desde que hace un par de años comenzaron a utilizar no solo lana de oveja „siempre de raza gallega„ o alpaca para hilar sino que incluyeron el pelo de perro, el boca a boca ha hecho que ya hayan recibido varios encargos de dueños que quieren tener algo propio de su mascota. "Nos ha llamado incluso un chico de Madrid que no encontraba quien se lo hiciera", explica la secretaria de Cabanas Rural Asociación de Mulleres, que asegura que no conocen más entidades que realicen este tipo de prendas en España (en internet sí pueden encontrarse referencias a iniciativas similares pero en otros países). "Había una chica de Ourense que hilaba con pelo de su gato, pero con perro suele llamar bastante la atención así que no debe de haber muchos, yo no los conozco", indica Mari Rodeiro.

Los interesados solo deben recoger la cantidad de pelo necesaria y una hilandera de la asociación „solo puede ser una persona porque al igual que la calceta , cada persona tiene su estilo y se notaría si lo hacen entre varios„ se encargará de todo el proceso para convertirlo en hilo y posteriormente elaborar la prenda deseada. La asociación es una entidad sin ánimo de lucro que no recibe nada por estos trabajos, pero la hilandera que los elabora, a nivel individual, sí cobra por estos trabajos.

Cabanas Rural Asociación de Mulleres cuenta con 200 socios, entre ellas una veintena de hilanderas que cada semana se reúnen en el local de la entidad y trabajan en todo el proceso de elaboración de la lana y su teñido ("siempre con tintes naturales", destaca Mari Rodeiro). Además, periódicamente realizan obradoiros sobre fieltro u otro tipo de manualidades y jornadas de hilado en donde se busca formar a quienes quieren aprender este oficio. "Se les dan los conocimientos básicos y se les prestan todos los utensilios necesarios o si los tiene en casa les enseñamos cómo usarlos", indica Rodeiro, quien asegura que desde esta asociación de mujeres de Cabanas siempre están dispuestas "a compartir" sus conocimientos con todo aquel que quiera aprender este oficio.