Padres del CEIP Xesús Golmar de Lalín denuncian lo que consideran la nefasta gestión de la Consellería de Sanidade en el brote de hepatitis A que trascendió recientemente a través de comunicaciones directas a los progenitores. Lamentan falta de información previa y que hasta el pasado viernes no se les concretasen algunos de los protocolos a aplicar.

Es más, aunque ayer ya comenzó en el ambulatorio la vacunación masiva de alumnos, de sus familiares directos y profesorado, en algunos casos no se conocía con detalle por qué se había producido este brote, pues recuerdan que ya había habido casos en diciembre pasado. Representantes de la Jefatura Provincial de Sanidade se desplazaron ayer al centro para informar a los padres sobre las medidas a tomar; es decir, el mismo día en el comenzaban las vacunaciones y al ambulatorio llegaban padres o familiares directos de niños en busca de información. A la reunión también acudió la edil de Sanidade, Eva Montoto.

Desde el Sergas se explica que ante la comunicación "de varios casos de hepatitis A en alumnos del Golmar" de Lalín se recomendó la vacunación a escolares y profesorado de los cursos afectados, así como a sus contactos más cercanos. Algunas fuentes cifran en más de 700 personas la población susceptible de ser vacunada. También reconoce que fue hace cuatro días cuando se remitió una carta padres y profesores, a través de la dirección del centro, en la que se especificaba la recomendación de la vacunación y otra información de interés sobre la enfermedad, sintomatología y cómo prevenir su contagio. En aquella carta, el Servizo Galego de Saúde incluía dentro del factor de riesgo a un total de una decena de aulas de infantil y primaria; es decir, niños de corta edad.

Para coordinar las vacunaciones, la consellería realizó una reorganización del área de enfermería del ambulatorio, con tres profesionales que realizarán estas tareas en turnos de mañana y tarde, desde ayer y hasta el próximo día 28. En este sentido, algunos trabajadores de este servicio se preguntaban por qué, más que una reorganización, no se llevó a cabo un refuerzo con más profesionales porque los existentes, en principio, deben atender sus consultas diarias u otros servicios como las extracciones para analíticas. Y que en caso de que se liberase a algunos enfermeros para las vacunaciones, sus tareas diarias quedarían desprotegidas.

También existen informaciones contradictorias relativas a la población que, en caso de contraer la enfermedad, podría suponerles un mayor riesgo para su salud. Así, hay profesionales que apuntan la peligrosidad que entrañaría la hepatitis A para personas de avanzada edad, mientras que en otros casos se opina que los adultos de más años ya habrían desarrollado esta dolencia.