La cifra de contagiados crecerá inevitablemente, aseguran las autoridades italianas que ayer confirmaron dos fallecidos y la infección por el nuevo coronavirus, el Covid-19, de 60 personas en las regiones de Lombardia, Venero y un último caso aparecido en Piamonte, en el norte del país, mientras se esperan nuevas medidas para restringir la epidemia. Por el momento, a cerca de 60.000 personas en once localidades, diez en Lombardia y una en Veneto, se les ha pedido que no salgan de sus casas, se ha ordenado el cierre de los comercios y suspendido las actividades públicas y los trenes no se detienen en estas localidades.

De este modo cunde el pánico porque se desconoce cómo se produjo el primer contagio: el considerado paciente cero, un italiano que regresó de un viaje a China, dio negativo en las pruebas que buscan el virus en su organismo. El asesor de bienestar social de Lombardía, Giulio Gallera, fue el encargado ayer de confirmar el segundo fallecimiento. Se trata de una mujer de 77 años de Codogno, que murió el pasado 20 de febrero en su casa por complicaciones respiratorias. Una prueba realizada a posteriori ha confirmado que estaba afectada por el nuevo coronavirus.

Gallera explicó ayer que seis casos detectados en Italia corresponden con personas que tuvieron contacto con el denominado paciente uno, un hombre de 38 años de Codogno que continúa en estado grave. Están contagiados su mujer, embarazada de ocho meses, un amigo con el que salía a correr y el padre de este último. En total las autoridades italianas han realizado 259 pruebas en las últimas horas para localizar a los enfermos.

Por otra parte, la OMS lleva los últimos días dedicando sus esfuerzos en la contención del brote a impedir que la enfermedad se cebe con países cuyos sistemas sanitarios son especialmente débiles. El máximo responsable de la agencia, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo ayer que se "está trabajando arduamente para preparar a los países de África ante la posible llegada del virus".