La bolsa española cerró ayer con una caída del 4,07%, la mayor registrada tras el Brexit, y perdió el nivel de los 9.500 puntos perjudicada por la incertidumbre entre los inversores por la epidemia del coronavirus.

El principal indicador del mercado nacional, el Ibex 35, cedió 402,7 puntos hasta 9.483,5 puntos, lo que supone unas pérdidas de unos 20.900 millones de euros. Es la mayor caída desde el 24 de junio de 2016, unos días después del referéndum de salida del Reino Unido de la Unión Europea, con todos los grandes valores a la baja. Inditex, propietario de Zara, cayó el 6,24%, Repsol el 5,35%, Banco Santander el 4,27%, BBVA, el 3,87%, Iberdrola el 2,24% y Telefónica el 1,85%, aunque las acciones más castigadas fueron el conglomerado aéreo IAG, que perdió el 9,43%, Arcelor, el 6,76%; MeliàHotels, el 7,82%; Mediaset, el 7,28%; y Amadeus, el 5,38%.

La jornada de ayer evaporó las ganancias que acumulaba la bolsa española desde que comenzó este año 2020 y al cierre de la sesión pierde el 0,6 % respecto al 2 de enero.

La propagación de la epidemia del coronavirus a otros países fuera de China, como Italia y Corea del Sur, ha encendido la alarma entre los inversores, que buscan activos considerados refugio, como el oro, en máximos desde 2013, y la deuda pública europea, según los operadores. En esta dinámica, el bono español a diez años ha aumentado su rentabilidad al 0,21%.

Las principales bolsas europeas sufrieron también fuertes descensos, encabezados por Milán con una caída del 5,50%, seguida de Fráncfort, con el 4,01%, París, el 3,94%, y Londres, con una caída del 3,34%.

El mercado de Estados Unidos y el petróleo tampoco se han librado de la corriente vendedora. El índice Dow Jones, principal indicador de Wall Street, bajaba a la hora del cierre europeo el 3,15 %, momento en el que el Brent, el crudo de referencia en Europa, perdía en torno al 5% y se pagaba a 55,35 dólares por barril.

Para Philippe Waechter, director de investigación económica de Ostrum AM, el impacto económico del coronavirus es "más grave de lo esperado", ya que China es un "jugador global con un papel importante en la mayoría de las cadenas de valor". Cree que la epidemia "ha comenzado a generar un shock de oferta que la política monetaria no podrá gestionar", ya que una rebaja de los tipos elevaría la demanda pero no resolvería el impacto en la oferta.