Lecturas conmemorativas, homenajes y ofrendas. Galicia conmemoró ayer el 183 aniversario del nacimiento de Rosalía de Castro con múltiples actividades por toda la comunidad.

"Es la poeta nacional", destacaba ayer la teniente de alcalde de Santiago, Mercedes Rosón, durante el primer acto de los convocados ayer por la Fundación Rosalía de Castro para homenajear a la autora, una ofrenda en el monolito que recuerda su figura en la Praza de Vigo de Santiago, el lugar en el que se levantaba la Casa de la Parra en la que nació la poeta cuando esta área de la capital compostelana era todavía parte del vecino municipio de Conxo, hoy integrado en la ciudad.

Fue precisamente en este acto en el que Xosé Manuel Durán, de la Asociación Raigame, reivindicó la importancia simbólica de este lugar y apostó por "hacer más visible el lugar de nacimiento de Rosalía". "Para nosotros es un tesoro, y nos gustaría que en algún momento se pusiese en valor, como merece", explicó.

Durán y la teniente de alcalde de Santiago recordaron que en esta plaza se encontraba la casa natal de Rosalía, que fue derrumbada en los años 70 para la construcción del aparcamiento subterráneo. "Incluso tenía una placa, que había puesto el Ayuntamiento de Conxo, y que no sabemos donde está", indicó Durán, que lamenta que, en la actualidad, este emplazamiento no esté lo suficiente en valor y instó a hacerlo "más visible", incluso poniendo el nombre de Rosalía a la plaza "para hacer honor a su memoria".

Durante el acto, Mercedes Rosón reivindicó a Rosalía de Casteo como la "poeta nacional" de Galicia, una figura de la que "hasta no hace mucho se decía que era una mujer delicada que vivió a la sombra de su marido", pero de la que hoy se sabe que "era una mujer formadísima, con unos intereses muy claros y una gran sensibilidad y fortaleza".

El acto culminó con música de gaitas que, seguidas de la comitiva oficial, recorrieron la capital gallega hasta la Alameda, donde se realizó una nueva ofrenda ante la estatua de la autora. Posteriormente, el Hostal dos Reis Católicos acogió un homenaje en el que se leyeron poemas de la autora. Ya por tarde, en la Fundación Rosalía, se hizo una nueva degustación del Caldo de Gloria, realizado según la receta que la poeta describe en Miña casiña, meu lar.