Daniel Bianco es director del teatro de la Zarzuela de Madrid desde noviembre del año 2015 y, aunque natural de Buenos Aires (Argentina), sus lazos con nuestro país son estrechos pues es nieto de españoles que emigraron a América. Ahora acaba de presentar el proyecto Zarza, una zarzuela hecha por y para jóvenes que llevará a los escenarios Agua, azucarillos y aguardiente.

La zarzuela parece tener la denominación de origen madrileña, ¿necesita romper fronteras?

Es uno de los grandes caminos que he tomado: demostrar que la zarzuela no es madrileña. Sí es cierto que hay una zarzuela castiza, sí hay un personaje madrileño, pero también hay zarzuela vasca, gallega, murciana o asturiana. Hace dos temporadas hice un concierto que era un viaje por las zarzuelas del país. Le pedí al profesor Emilio Casares que me ayudara y había de todos los sitios, menos de Ceuta y Melilla. Para mí es importante demostrar que la zarzuela es de las muchas Españas que habitan en España.

Resulta reseñable que el momento de esplendor de la zarzuela coincida con el momento de auge de la emigración española.

De 1890 a 1950 se da el mayor éxodo de asturianos, gallegos... Que iban a Cuba, Venezuela, México, Argentina... La zarzuela viajó con ellos, era su banda sonora. Esta música se difunde, germina en estos países de acogida y ocurre lo mismo que en España donde una zarzuela vasca se mezcla con la música popular de esta tierra. En Cuba, por ejemplo, hay registradas 3.000 zarzuelas. Me resultaba increíble que nunca se presentara en España una zarzuela que no fuera española. El género nació con un espíritu de viaje, cruzó el Atlántico y ahora es el momento de iniciar ese viaje de vuelta y que conozcamos que esa música también germinó en un continente con el compartimos patrimonio. El prejuicio que existe es real y se lo hemos transmitido a los más jóvenes, y hay que cambiarlo.

¿Trabaja por captar a los jóvenes y mantener al público tradicional?

La idea es cuidar a ese público que ha mantenido la zarzuela y atraer a otra gente. Y el trabajo está dando sus frutos: hemos bajado en nueve años la media de edad del público que acude al teatro, ahora estamos en 52 años. También creo que en ciertos casos se debe adaptar la zarzuela: hay una etapa, por ejemplo, en la que la mujer está maltratada y creo que se debe adaptar, porque tenemos la obligación de mirar a la zarzuela con ojos de hoy. Y la zarzuela se debe adaptar igual que se adaptan obras de Shakespeare, normalmente con un lenguaje más accesible.

¿Y cómo se puede meter el gusanillo de la zarzuela a chavales que ahora disfrutan de la música online ?

Hay algo que no falla: el teatro. Desde los griegos decimos que se va a acabar, pero no termina nunca. El acto de ir al teatro es de solidaridad, donde tú vas a entregarte para que alguien te cuente una historia. El teatro tiene algo que no tiene la televisión. Un ejemplo es que comemos con las noticias mientras vemos violaciones, muertes o guerras. Eso mismo lo ves en el teatro y lloras, sientes dolor de estómago o te vas. También es cierto que este proyecto no está reñido con la nuevas tecnologías, porque no nos olvidemos que el teatro musical es la música que se ve.

¿Ve posible la representación de una zarzuela en Broadway?

La zarzuela es exactamente el teatro musical así que, ¡por supuesto una zarzuela en Broadway! Yo he hecho trabajos en París, Viena, Chile... Ahora hemos sacado un concurso para hacer una zarzuela de hoy con herramientas de hoy, pero seguirá siendo zarzuela.

¿Goza de buena salud el género?

La zarzuela es picaresca, y sí, estamos en un buen momento. También estamos en un buen momento porque cuando llamo a un director de escena no hay un rechazo hacia el género, y eso es importante.

¿Ve a Rosalía en el género chico?

Sí, y me encantaría tener a Rosalía. Todo el mundo cabe en la zarzuela. Almodóvar, en sus primeras películas, tiraba de ello.

Dice que la zarzuela está en la banda sonora de nuestras vidas. ¿Debería ser Patrimonio de la Humanidad?

Hemos presentado la documentación para que la zarzuela sea considerada Patrimonio de la Humanidad. Forma parte de nuestras raíces y se lo merece, siempre ha ido en el alma popular.