Con más de 15 años de experiencia en el sector del maquillaje y tres premios Mestre Mateo en su haber, la coruñesa Susana Veira repite nominación a los premios de la Academia do Audiovisual „junto a Beatriz Antelo y Silvia Neira„ por su trabajo en Quien a hierro mata, una película en donde la clave estuvo en "crear personajes creíbles". "A nivel de maquillaje hubo un trabajo de efectos especiales que los hizo el equipo de Nacho Díez, en nuestro caso la idea era que los personajes pareciesen lo más naturales posibles, es decir, que si la actriz es una profesora de Infantil, no parezca una modelo de alta costura", indica Veira, quien dice que una de las dificultades del maquillaje para cine es que "los actores tienen que parecer que no van maquillados".

A la hora de enfocar un proyecto, esta coruñesa reconoce que hay "mucho trabajo previo". Le gusta conocer el guión o al menos un desglose para saber los cambios que tendrá un personaje, las secuencias... "Muchas veces tenemos el guión antes de saber quiénes serán los actores, que también influye a la hora del maquillaje, y me gusta ver si era como me había imaginado", explica esta especialista, quien deja claro las diferencias entre el maquillaje real y el del audiovisual. "En la vida real te maquillas para unas horas, pero aquí es para el momento exacto de la grabación y no se busca tanto la belleza como que el intérprete aparente mala cara, que tenga una herida, etc.", indica Veira, quien reconoce que lo más curioso que ha tenido que llegar a hacer fue "quitarle sangre de verdad a un actor que tenía que simular que se metía un chute de heroína". El suyo es uno de esos trabajos imprescindibles, pero a los que el gran público no suele poner cara. "Lo importante es que guste el resultado final y no la visibilidad. Es más gratificante que alguien en el tren vaya viendo una serie en la que trabajas, que que te reconozcan", sostiene Veira.